El primer ministro británico, Boris Johnson, respaldó este domingo a su principal asesor Dominic Cummings, a pesar de las acusaciones de que en repetidas ocasiones, el funcionario violó las normas del confinamiento impuesto por gobierno el 23 de marzo pasado para frenar la pandemia.
Boris Johnson encabezó la conferencia de prensa en medio de una controversia sobre las presuntas infracciones de las medidas de la cuarentena de su principal asesor. Ante los pedidos de renuncia de varios parlamentarios del Partido Conservador, el primer ministro insistió en que Cummings actuó de forma legal, responsable y cumplió con las reglas.
El funcionario fue acusado por testigos que lo vieron viajar junto a su familia, desde Londres a Durham, noreste de Inglaterra, donde viven sus padres para llevar a sus hijos, después que él y su esposa desarrollaron síntomas de coronavirus y debieron estar aislados.
Sin embargo, el primer ministro aseguró esta tarde que tras un día de reuniones con Cummings, creía que su asesor había hecho lo correcto al viajar 400 kilómetros hasta la casa de sus padres en Durham.
El líder conservador rechazó también otras acusaciones de testigos que vieron a Cummings rompiendo las normas de confinamiento en otras ocasiones y las calificó de palpablemente falsas.
Según los relatos de los testigos que consignaron los diarios The Guardian y Mirror, vieron a Cummings y a su familia caminando a lo largo del río Tees en el castillo de Barnard, a 30 millas de la casa de Durham, el 12 de abril.
Otro testigo relató que luego el funcionario fue visto yendo a trabajar a la residencia oficial del Gobierno británico en Londres, el 14 de abril, mientras que un segunda persona afirmó verlo cerca de la casa de sus padres en una caminata con su esposa el 19 de abril, lo que sugiere que hizo otro viaje de varios kilómetros hacia el noreste de Durham.
“Creo que lo que hizo fue totalmente comprensible. Creo que cualquier padre entendería lo que hizo, argumentó Johnson quien afirmó que Cummings siguió el instinto de todos los padres al ir en busca de ayuda para cuidar a sus hijos a la casa de sus padres.
El consejo del gobierno había sido muy claro y pedía a la población que se quedara en sus hogares durante las primeras semanas de la cuarentena, mientras que el aislamiento en el domicilio que aún sigue siendo obligatorio para los que desarrollen síntomas del virus.
Tras la acusaciones y las evidencias del accionar de Cummings, un grupo de diez diputados del Partido Conservador exigió la renuncia del asesor más cercano y cerebro de la campaña del Brexit, dejando entrever la primera grieta en el partido.
Por su parte, el líder laborista Keir Starmer dijo que es un insulto a los sacrificios realizados por el pueblo británico que Boris Johnson haya elegido no tomar medidas contra Dominic Cummings.
Mientras que la ministra principal de Escocia y líder del Partido Nacional Escocés (SNP), Nicola Sturgeon, también se sumó a polémica y pidió la renuncia del funcionario.
A su vez, el líder de los demócratas liberales, Ed Davy, consideró que la declaración Johnson confirma que hay una norma para nosotros y otra para él y sus amigos.