El río Paraná registraba una altura de 0,52 metros frente a la capital de Entre Ríos, por lo que se acerca a la bajante histórica de 0,50 metros de 1971, la de menor caudal tras los 0 metros detectados en 1970, informaron fuentes oficiales.
El ministro de Producción, Turismo y Desarrollo Económico de Entre Ríos, Juan José Bahillo, resaltó que la pesca deportiva y recreativa está absolutamente prohibida y evalúan la veda total de pesca, dijo en una conferencia de prensa.
Es una situación muy crítica, pero también hay empresas y cerca de 1.500 pescadores habilitados a los que habría que dar una respuesta social, aseguró Bahillo.
En Entre Ríos el dorado y el surubí son las principales especies en peligro de extinción, y actualmente está vigente la veda absoluta para la pesca de manguruyú y pacú.
La población de peces del río Paraná depende de los ciclos hidrológicos y climáticos, por lo que el río bajo perjudica la reproducción y el crecimiento natural de ciertas especies.
Por eso, personal de la secretaría de Agricultura y Ganadería de la provincia junto a Prefectura Naval Argentina (PNA) y la dirección de Prevención de Delitos Rurales de la Policía entrerriana trabajan para abordar en conjunto la situación.
El director general de Fiscalización, Manuel Maza, señaló que realizan controles de fiscalización en ríos, costas, transportes, comercios, acopios y frigoríficos, y detalló que ya se llevaron adelante operativos en varias localidades de los departamentos de La Paz, Paraná y Diamante; y controles en transportes en la ruta provincial 12 en Gualeguay.
El río comenzó a descender el 24 de febrero, cuando marcó 2,74 metros, mientras que oscila entre el metro y los 2,80 metros desde junio de 2019.
Durante dos días, personal de la PNA no pudo medir la altura del río frente al puerto de Paraná ya que el sistema que utilizaban no lo hacía por debajo del metro, por lo que debieron instalar otra escala de control de las aguas.
A raíz de la bajante, salieron a la luz bancos de arena, embarcaciones hundidas, la manta protectora del túnel subfluvial que une las capitales de Entre Ríos y Santa Fe, anclas antiguas y los municipios debieron trabajar para mantener el servicio de agua potable.