Impactante, terrible, macabro. Son pocos los calificativos que existen para definir el caso que remece a Estados Unidos. Se trata del crimen de una joven de 19 años, quien estaba embarazada de nueve meses y cuyo hijo fue brutalmente sacado del vientre, luego de que ella fuera asesinada.
Todo comenzó hace tres semanas, cuando la joven salió de la escuela donde estudiaba y acudió a una casa ubicada en un suburbio del suroeste de Chicago, para retirar un coche y ropa para su hijo que le habían ofrecido gratis. Sin embargo, la víctima no regresó con su familia y esta la reportó como desaparecida. Ese mismo día, el número de emergencia 911 recibió el llamado de una mujer que aseguraba haber dado a luz en su casa y que reportó que su hijo recién nacido estaba en peligro.
Paramédicos se trasladaron hasta el lugar y se percataron que el niño no respiraba. Lo trasladaron a un hospital y debieron aplicar técnicas de resucitación en el camino. El pequeño fue internado en estado grave y se le detectó severo daño cerebral. Paralelamente, la familia de la joven inició una campaña para dar con su paradero e incluso se ofreció una recompensa.
Una llamada anónima relacionó al recién nacido con la víctima y, tras realizar un examen de ADN, se pudo comprobar que se trataba de su hijo. Luego, el automóvil en el que la joven fue por los regalos, fue hallado cerca de la casa de la mujer que llamó al 911. El martes la policía allanó el domicilio y los restos de la víctima fueron encontrados en un basurero ubicado en la parte de atrás de la casa.
Creemos que la asesinaron y creemos que el bebé fue removido a la fuerza después de que la mataron, informó el portavoz de la policía Anthony Guglielmi, quien calificó el crimen como un horrible acto de violencia. Cuatro personas fueron detenidas por homicidio y otros cargos.
Por su parte, la familia de la víctima está devastada, no solo por la muerte de la joven, sino porque hay pocas posibilidades que el niño sobreviva. Tengo mucha fe que vivirá. Dios me dará ese milagro. Estamos ansiosos por tenerlo, por amarlo, declaró el padre del pequeño al Chicago Sun Times.
El hombre, de 20 años, identificó el cuerpo de su esposa. La pareja tenía otro hijo, de tres años. Se siente triste. Pregunta dónde está su mamá. No puedo explicarle lo que pasó porque todavía es un niño, pero intento hacerlo feliz, agregó el marido de la víctima.