Luego de semanas bastante complicadas, al fin la Primera Ministra británica, Theresa May, puede respirar un poco más tranquila. Esto, luego de que el Parlamento aprobara su plan B del Brexit, presentado después del rotundo rechazo de los legisladores semanas atrás al acuerdo sostenido con la Unión Europea para la salida del Reino Unido del bloque.
La enmienda, presentada por el diputado conservador Graham Brady y que contaba con el apoyo explícito de May, fue aprobada por 317 votos versus 301 sufragios en contra.
La iniciativa plantea volver a negociar con la UE una solución alternativa al controvertido mecanismo de backstop o salvaguarda para evitar una frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda tras el Brexit, uno de los temas más controvertidos.
May presionó antes de la votación al sector más euroescéptico de su formación para que respaldara la enmienda y contribuyera así a incrementar la presión sobre la Unión Europea, reacia hasta ahora a ofrecer nuevas concesiones al Reino Unido.
Esta enmienda me dará el mandato que necesito para negociar con Bruselas un acuerdo que pueda apoyar una mayoría en esta cámara, dijo la jefa de Gobierno durante el debate. El pasado 15 de enero, el Parlamento rechazó por un amplio margen el pacto sobre las condiciones de salida al que May llegó con los 27 líderes comunitarios restantes.
Tanto los tories euroescépticos como sus socios del norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP) votaron hace dos semanas en contra del pacto al entender que la salvaguarda irlandesa puede dejar al Reino Unido integrado en las estructuras comunitarias durante años en contra de su voluntad.
El diputado conservador Steve Baker, uno de los líderes de la facción euroescéptica del partido, reiteró que el mecanismo de salvaguarda no va a ser aprobado por este Parlamento bajo ninguna circunstancia y celebró que la Primera Ministra lo haya comprendido.
Empero, pese al entusiasmo en Londres, desde Europa tanto la cancillería francesa como Donald Tusk, presidente de la Comisión Europea anticiparon que no había nada para renegociar y seguía en pide lo acordado en su momento con la primer ministro May.