El número de personas que vive en extrema pobreza en América Latina aumentó en 2017 a un máximo de casi una década, pese a una mejoría en las políticas de gasto social de los gobiernos, dijo el martes una agencia de Naciones Unidas.
En su reporte Panorama Social, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) dijo que la proporción de personas en indigencia subió al 10,2% de la población en 2017, o 62 millones de individuos, desde el 9,9% del año previo.
El total es el mayor desde 2008 y se debe en gran medida a un deterioro en las condiciones de Brasil, que sufrió su peor recesión en décadas y comenzó a mostrar un repunte recién el año pasado.
“Tuvimos años de muy bajo crecimiento económico y el impacto se ha visto mayormente en el desempleo”, dijo Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL. A estos factores se suma la menor “capacidad de los estados para apuntalar la política social con la misma fuerza de antes”, añadió.
En tanto, la pobreza en la región se mantuvo estable respecto de 2016 en un 30,2% de la población, lo que evidencia una ralentización en los últimos años de los avances para acabar con la precariedad.
En el período 2012-2017, la reducción de la pobreza fue mayor en Chile, El Salvador y República Dominicana, en buena parte debido a un alza de los ingresos del trabajo.
Pero la pobreza creció en Brasil, especialmente la extrema pobreza que subió a un 5,5% de la población en 2017, desde el 5,1% del año anterior, indicó CEPAL.
El informe destacó también que la desigualdad de ingresos ha disminuido en la región desde comienzos de la década de 2000, pero sufrió cambios marginales en los últimos tres años.
El índice Gini utilizado por el organismo -donde 0 indica ausencia de desigualdad y 1 desigualdad máxima- se ubicó en 0,466 en 2017, con avances destacables en Colombia y El Salvador y bajas mínimas en Chile y Ecuador.