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Mercosur: “a falta de pan buenas son tortas”; a falta de UE, la torta es la UEE

Miércoles, 19 de diciembre de 2018 - 08:14 UTC
Hasta la foto en familia de los presidentes, con pésima iluminación y sombras, mal enfocada y referencias tapadas resultó un mamarracho Hasta la foto en familia de los presidentes, con pésima iluminación y sombras, mal enfocada y referencias tapadas resultó un mamarracho
El gran ausente de esta última cumbre en Montevideo fue sin lugar a dudas Jair Bolsonaro, presidente electo del principal socio de todos los miembros de Mercosur El gran ausente de esta última cumbre en Montevideo fue sin lugar a dudas Jair Bolsonaro, presidente electo del principal socio de todos los miembros de Mercosur

A falta de pan, buenas son tortas, dice el refrán de la España castiza, y así parece haber sido en la última cumbre presidencial de Mercosur en que la secretaría rotativa, por los próximos seis meses, fue transferida de Uruguay a Argentina, durante una ceremonia en Montevideo a la cual asistieron Mauricio Macri, Michel Temer, Mario Abdo Benítez y el anfitrión Tabaré Vázquez.

Y en efecto el presidente Macri tendrá la ardua tarea de intentar concretar bajo su mandato el muy esquivo acuerdo comercial con la Unión Europea que ya lleva veinte años de promesa en promesa, de ilusión en ilusión y de frustración en frustración.

Pero la cumbre en Montevideo arrancó mal, pues el principal y determinante actor faltó a la cita, y los comentarios de su entorno no son alentadores, es decir el presidente electo del Brasil, primera potencia económica de América Latina, Jair Bolsonaro.

No solo eso sino que Bolsonaro contrariando tradición diplomática de nuevos presidentes de Brasil apuntó hacia Chile y Sebastián Piñera, sobrepasando a Argentina. Chile y su economía abierta y de comerciar con todo el mundo parece ajustarse más al pensamiento de la nueva administración en Brasilia, y no el de un Mercosur enchalecado y mucho menos ideologizado, como aconteció durante década y media.

Es más Macri y su delicada situación doméstica, con Argentina en recesión, ya avisó que no concurrirá a la inauguración de Bolsonaro el primero de enero, como tampoco quien normalmente lo reemplaza, la vice presidente Gabriela Michetti, tan solo estará en el Planalto el canciller Jorge Faurie.

Ni que hablar del anfitrión en Montevideo, el presidente Tabaré Vázquez y su canciller Rodolfo Nin Novoa, quienes abiertamente se declararon en favor del perdidoso Fernando Haddad, y desde la coalición de gobierno uruguayo y sus autoridades, prácticamente se declararon en estado de guerra y prontos para batallar al ultra conservador, racista, más todos los términos del “nuevo código políticamente correcto” que se le haya endilgado al futuro presidente del principal socio de Uruguay, y que se impuso por un amplio margen de votos, a pesar de los exabruptos y puñaladas.

No extraña entonces que a falta del entendimiento con la Unión Europea, sumisa en sus propios problemas y con elecciones a la vuelta de la esquina, Mercosur haya dejado el pan y abrazado la torta, conformado la cumbre con un memorando de cooperación con la Unión Económica Euroasiática, UEE, lo que representa “el primer paso” para el acercamiento comercial entre ambas partes.

“La firma de este documento es el primer paso en la ampliación de nuestra colaboración y no debe ser un fin en sí mismo sino el comienzo”, dijo la ministra de Comercio del bloque euroasiático, Veronika Nikíshina.

Por su parte, el canciller de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, destacó “el gran potencial” que tiene este acuerdo, a la vez que resaltó la velocidad con la que se concretó el memorándum.

La Unión Económica Euroasiática la integran Rusia, Armenia, Bielorrusia, Kazajstán y Kirguistán.

Según se aclaró, en forma conjunta, el Mercosur y la UEE totalizan más del 6,5% del PIB mundial, y son economías con un alto índice de complementariedad y mercados atractivos para ambas partes. La celebración del memorando constituye el inicio de una relación que posibilitará una mejora en los términos de intercambio, una diversificación de mercados y productos de las exportaciones y un creciente espacio de oportunidades comerciales.

El Memorándum, logrado tras cinco años de tratativas, se enmarca en la intención de profundizar las relaciones económicas y comerciales con otros bloques, y no está sujeto a mecanismos de solución de controversias, por lo que su espíritu es la cooperación y el diálogo.

Mercosur actualmente mantiene negociaciones comerciales con la Unión Europea, Canadá, Singapur y EFTA, que integran Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein. Por otra parte, los cuatro países fundacionales, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay tienen abiertos como bloque distintos frentes de diálogo, entre ellos con la ASEAN, China, Japón y Turquía, entre otros