El gobierno de Venezuela vendió 9,9% de sus acciones en una empresa mixta petrolera a la estatal china CNPC, como parte de un programa que busca incrementar el bombeo de crudo, dijo el martes a periodistas el presidente Nicolás Maduro.
La negociación se concretó durante un reciente viaje a Beijing que hizo el mandatario venezolano con la idea de conseguir nuevos fondos de su principal aliado financiero para revertir la caída de la producción de petróleo, en mínimos desde hace 60 años.
En su visita, las autoridades chinas se mostraron dispuestas a proveer ayuda a Venezuela, pero no mencionaron nuevos créditos para un país al que han prestado en una década más de 60.000 millones de dólares a cambio de crudo.
“Uno agarra un conjunto de canales internacionales ...todos van a decir lo mismo: Maduro fue a China y no encontró nada, lo maltrataron”, se quejó el mandatario durante una rueda de prensa en Caracas, en la que dijo cerraron “un acuerdo muy importante”.
El presidente no especificó cuánto aportará la petrolera china por elevar su participación en la empresa mixta Sinovensa y sólo calculó que ambos países tienen previsto invertir unos 5.000 millones de dólares en el plazo de un año para recuperar la producción petrolera.
Hasta ahora, Venezuela se había reservado el control del 60% de las acciones en las empresas mixtas que junto a socias extranjeras operaban los campos petroleros, pero con este acuerdo, China National Petroleum Corporation (CNPC) pasa a ser dueña del 49,9% de Sinovensa.
En paralelo, Venezuela comenzó en agosto a firmar nuevos acuerdos con empresas de servicios petroleros que trabajarán en incrementar la producción de crudo a cambio de incentivos, un esquema altamente criticado bajo el gobierno del fallecido presidente Hugo Chávez, mentor político de Maduro.
La meta con este plan de recuperación, según dijo el presidente, es conseguir duplicar la alicaída producción de 1,4 millones de barriles por día para el mes de agosto de 2019.
La idea del gobierno chavista es sobretodo cumplir con los envíos de un millón de barriles a China, como se estableció en los acuerdos que firmó en su momento el fallecido Chávez con su mejor socio en Asia.