Ocho supuestos delincuentes fueron abatidos durante la madrugada del domingo en el complejo militar más importante de Venezuela en medio de las revelaciones sobre planes de un golpe de Estado apoyados por el gobierno de los Estados Unidos.
Miembros de las Fuerzas de Acciones Especiales de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) de Venezuela se enfrentaron contra varios delincuentes en el Complejo Militar Fuerte Tiuna, lugar que alberga importantes instituciones marciales como el Ministerio de la Defensa, la Fiscalía General Militar y la Comandancia del Ejército.
En el operativo, según la versión policial, se abatieron a ocho de los sospechosos y se detuvieron a 23 personas.
Los sucesos se enmarcan tras una nueva serie de acusaciones del gobierno de Venezuela contra EE.UU. por conspirar contra el gobierno de Nicolás Maduro. El canciller venezolano Jorge Arreaza reaccionó el sábado a un reportaje de The New York Times que detalla las reuniones secretas entre funcionarios estadounidenses y oficiales venezolanos que buscaban derrocar a Maduro.
Según el Times, el presidente de los EE.UU., Donald Trump, sostuvo reuniones con un militar de alto rango venezolano y once oficiales estadounidenses, con el fin de trazar un plan que conlleve al derrocamiento del presidente Nicolás Maduro a través de un golpe de Estado contra su gobierno.
La investigación revela que la administración de Trump ha sostenido reuniones secretas con un militar de alto rango venezolano sobre posibles intentos para derrocar a Nicolás Maduro. El militar, quien no es identificado por el artículo, es un ex comandante venezolano y está incluido en la lista de funcionarios venezolanos sancionados emitida por el Departamento del Tesoro de EE.UU.
De acuerdo con el militar venezolano, hubo tres fechas previstas para realizar la captura de Maduro y sus colaboradores más cercanos. Además, aseguró que al menos a tres grupos dentro de la Fuerza Armada venezolana han estado conspirando en contra del gobierno del mandatario.
El ex comandante aseguró que cuando la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) se instaló el 30 de julio del pasado año estaban preparados para dar un golpe contra Maduro. El plan fue abortado debido al miedo de que terminara en un derramamiento de sangre.
Se planeó otro golpe que se llevaría a cabo durante marzo de 2018. No obstante, La operación no fue realizada por haber sido filtrada.
Para los militares el 20 de mayo, día de las últimas elecciones presidenciales, fue otra fecha posible, pero una vez más se filtró la información y la operación fue suspendida. Tras esa fecha, se dio una oleada de detenciones de civiles y militares en varias partes del país acusados de motín y traición a la patria.
El militar contactado por el periódico neoyorquino lamentó las detenciones de decenas de militares por ser sospechosos de una conspiración contra el mandatario; alegando que, si el gobierno norteamericano no hubiese negado la entrega de unos radios cifrados pedidos por los rebeldes contactados por Washington, la historia del país hoy sería distinta. Sin embargo, la especialista en temas castrenses, Rocío San Miguel se pronunció en contra de este argumento, explicando que un golpe de Estado no puede depender de la entrega de dichas radios.
Creer que un golpe de estado en Venezuela depende de la entrega de radios cifradas por parte de EEUU es un chiste...por decir lo menos de esta historia... https://t.co/NeoAmWgrWg
— Rocío San Miguel (@rociosanmiguel) 8 de septiembre de 2018
La idea de establecer comunicaciones con lideres de unas fuerzas armadas no estuvo tan bien vista por parte de Washington, donde, a pesar de tener la esperanza de que una intervención en el país caribeño ayudase a reestablecer la democracia y distribuir comida y ayuda humanitaria en un país que vive la peor crisis social y económica de su historia, se veía un considerable riesgo en construir puentes con una organización militar acusada de convertirse en uno de los pilares mundiales del tráfico de drogas y de los abusos a los Derechos Humanos, según explica Mari Carmen Aponte, quien fungió como la principal diplomática en asuntos de América Latina durante la administración de Barack Obama.
Además de las reacciones del canciller Arreaza, quien escribió a través de su cuenta en Twitter que denunciaba “ante el mundo los planes de intervención y apoyo a conspiraciones militares del gobierno de los Estados Unidos contra Venezuela”, sólo el presidente de Bolivia, Evo Morales, segundó su posición.
A pesar de que los líderes de la región condenaron con dureza los comentarios del presidente Trump el año pasado al decir que existía una “opción militar” para frustrar a Maduro, la reacción ante la noticia del fin de semana sobre la reunión entre funcionarios estadounidenses y golpistas fue mucho menor. La presión sobre el régimen venezolano y el aislamiento del gobierno han cambiado el panorama diplomático de la región.