En una entrevista con el Financial Times la semana pasada, el canciller brasileño, Aloysio Nunes, instó a que las conversaciones de comercio y cooperación con la Unión Europea, -que están en curso desde hace unos 20 años- se den por concluidas en la reunión que comienza este lunes en Montevideo, o se corre el riesgo que queden anuladas por las elecciones que se celebrarán en ambos continentes.
En particular, Nunes dijo que la oferta de la UE al Mercosur -cuyos miembros plenos incluyen a Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil- no fue lo suficientemente generosa como para aumentar el acceso a la carne vacuna, el etanol y el azúcar. Dijo que costaría mucho que el Congreso brasileño acepte la oferta tal como está.
No obstante, el comisario europeo de Agricultura, Phil Hogan, respondió que la UE había hecho una oferta clara y explícita a los países del Mercosur en enero.
Los países del Mercosur demoraron su respuesta a nuestra oferta significativa. Si se pretende concluir las negociaciones, el Mercosur debe cumplir con los acuerdos relativos a los automóviles y sus componentes, el transporte marítimo, los lácteos y las indicaciones geográficas, señaló Hogan en una declaración.
Las indicaciones geográficas son nombres de lugares utilizados para identificar el origen, la calidad, la reputación u otras características de los productos, por ejemplo, ciertos quesos.
Hay mucho en juego aquí. La diplomacia del megáfono de un lado a otro del océano no ayuda, señaló Hogan.
Señaló que las sensibilidades de la UE con las cuestiones de la carne vacuna, el azúcar y el etanol deberían respetarse plenamente en las negociaciones.
Si no logramos un resultado razonable con respecto a todos estos asuntos, no puede haber un acuerdo que cuente con el apoyo de nuestros Estados miembros, nuestros agricultores y nuestros ciudadanos, dijo Hogan.
Por nuestra parte, estamos listos para desplegar los esfuerzos necesarios a fin de que este proceso cruce la línea de meta de manera beneficiosa para ambas partes. Espero que nuestros socios del Mercosur también sigan centrados en el asunto, a pesar de la situación política de algunos países.
Los comentarios de Nunes reflejan temores que los populistas ganen terreno en las elecciones de Brasil el próximo mes, así como en algunos estados de Europa, mientras el Parlamento Europeo prevé celebrar las elecciones el próximo año.
El canciller brasileño advirtió que si nuevos políticos reacios al acuerdo tomaran el poder a ambos lados del Atlántico, el fin de las conversaciones podría llegar a demorar otros cinco o seis años.