Harley Davidson planea sacar de Estados Unidos parte de su producción para evitar los aranceles que le impuso la Unión Europea (UE) a sus motos en represalia a medidas proteccionistas de Washington, informó el lunes la compañía. El Presidente Donald Trump se declaró “sorprendido” porque, de todas las compañías estadounidenses, Harley Davidson haya sido la primera en “desplegar la bandera blanca” ante las decisiones de Bruselas.
”Yo batallé mucho por ellos y finalmente no pagarán aranceles por vender en la UE (...) Los gravámenes son una excusa de Harley Davidson. Sean pacientes, dijo en Twitter.
En represalia por la decisión de Trump de gravar su acero y aluminio, la UE aumentó 6% a 31% el arancel de importación de motos, lo cual eleva en unos 2.200 dólares el precio de las Harley Davidson para los consumidores europeos.
Trasladar fábricas al exterior, insumirá a Harley Davidson entre 9 y 18 meses; de manera que entretanto la empresa absorberá el alza de costos, anunció en una nota. Para no perder ventas en mercados europeos clave, la empresa afrontará el significativo impacto generado por esos aranceles los cuales agregaran costos estimados entre US$ 30 millones y US$ 45 millones para el resto del año y entre US$ 90 y US$ 100 millones anuales, según la firma.
Harley Davidson mantiene su sólido compromiso para la fabricación en Estados Unidos lo cual es valorado por motociclistas de todo el mundo, dijo. Aumentar la producción internacional para aliviar los aranceles de la UE no es la preferencia de la compañía pero representa la única opción sostenible para hacer que sus motos sean accesibles a los clientes de la UE y mantener un negocio viable en Europa, afirma Harley Davidson.
Para la empresa, Europa es su segundo mayor mercado, después de Estados Unidos. El año pasado reportó un volumen de ingresos por 521.800 millones de dólares y ganancias por 5.600 millones.
Además de las motos Harley Davidson, la UE castigó con medidas arancelarias la importación de numerosos productos estadounidenses; entre ellos el whisky y los blue jeans. Esos productos tiene un impacto político fuertemente simbólico”, dijo el vicepresidente para el Comercio de la Comisión Europea, Jyrki Katainen.