Legisladores demócratas interpelaron con furia a Donald Trump, denunciando la separación de familias de indocumentados en la frontera, en un inusual choque cara a cara con el presidente en los pasillos normalmente silencioso del Capitolio.
”Señor presidente, ¿no tiene acaso hijos? ¿No tiene acaso hijos, señor presidente” , gritó Juan Vargas, diputado de la Cámara de Representantes, cuando Trump salía de una reunión con sus aliados republicanos. “¿Le gustaría que lo separaran de sus hijos?” , agregó Vargas.
El presidente se limitó a darse la vuelta y saludar sonriente las cámaras, ubicadas detrás de la media docena de legisladores demócratas que levantaban fotos de menores en llanto y pancartas con el eslogan “Las familias deben permanecer unidas”.
Trump salía de una reunión sobre migración de tres cuartos de hora con la mayoría republicana de la cámara baja, cuando recibió los gritos de los legisladores opositores furiosos por los miles de niños que han sido separados de sus padres al cruzar ilegalmente la frontera.
“Deje de separar niños” , lanzó otro parlamentario, mientras el equipo de la Casa Blanca, incluida la secretaria de Seguridad Interior, Kirstjen Nielsen, encargada de la política migratoria, pasaba con el presidente. Es altamente inusual que legisladores opositores realicen una protesta tan ruidosa y pública a metros del presidente en los augustos pasillos del Capitolio estadounidense, la sede del Congreso, en Washington.
Lejos de ceder a la controversia provocada por la separación de familias, Trump alienta a los republicanos, presionados a detener la avalancha de desgarradoras historias de niños separados, a presentar un proyecto de ley para regularizar la situación, al tiempo que cumplan sus demandas, especialmente el financiamiento de un muro en la frontera.
Desde el lanzamiento de la política de “tolerancia cero” contra la inmigración clandestina a inicios de mayo, funcionarios estadounidenses han separado 2.342 niños de sus familiares, que especialmente huyen de la violencia de América Central.
En virtud de esa política, la Casa Blanca decidió de perseguir penalmente todos los inmigrantes indocumentados que cruzan ilegalmente la frontera, lo que empuja en los hechos a la separación de familias, pues los menores no pueden ser encarcelados.
Los anteriores gobiernos habían preferido acciones civiles, lo que evitaba esta situación. La separación de familias en la frontera con México ha sido denunciada por legisladores republicanos y demócratas, líderes religiosos, exprimeras damas, y varios países de la región, incluyendo Guatemala, de donde provienen muchos de los indocumentados.
Pero Trump volvió a defender la medida más temprano este martes: “Cuando enjuicias a los padres por entrar ilegalmente, que debe suceder, debes separar a los niños”.