Un océano separa a Estados Unidos y a China. Su dominio es ahora también un motivo de disputa. Desde finales de la Segunda Guerra Mundial, el control del Pacífico y los mares del mundo ha estado en el radar de la Armada estadounidense. Grandes marinas de guerra, como la de Rusia o India, no han podido superarla en número o capacidad. Pero desde hace un par de años, los expertos navales de Washington temen por un “nuevo peligro” para la potencia naval más fuerte del mundo: el creciente poderío marítimo de China.
James Fanell, quien fuera director de inteligencia de la Sexta Flota de Estados Unidos, presentó en mayo ante el Congreso un informe de 64 páginas en el que asegura que China desarrolla actualmente una Armada dos veces más grande que la de Estados Unidos y podría reemplazarla como la principal potencia marítima mundial.
“La Armada china está en un proceso de rápido desarrollo y expansión de sus capacidades, y eso está lógicamente generando preocupación en Estados Unidos”, explicó Lyle Goldstein, profesor del Instituto de Estudios Marítimos de China del Colegio Naval de EE.UU.
“En los últimos tiempos, hemos visto que incluso desarrollaron un portaaviones propio, diseñado por ellos mismos. También se habla de que están construyendo un tercero, con capacidad nuclear, lo que debe ser motivo de orgullo para ellos, pero que genera inquietud de este lado”, añade.
La botadura a finales de abril del 001A, como se conoce al nuevo portaaviones, fue una más de las múltiples señales de poderío naval que Beijing envió en los últimos meses al mundo, entre ellas:
– En mayo, la Armada de China lanzó al mar e inició los entrenamientos a bordo de su segundo destructor de la clase 055, el mayor y más avanzado buque de este tipo en las fuerzas navales de toda Asia.
– Sus buques de guerra y aviones de combate formaron parte de una ostentosa exhibición militar en el polémico Mar de China Meridional, cuya soberanía es motivo de disputa con Estados Unidos y otros países de la región.
Las fuerzas navales chinas enviaron bombarderos H-6K con capacidad nuclear a varias de las islas en disputa en ese mar.
“Son hechos que tienen obviamente una importante connotación militar y es por eso que Estados Unidos retiró la invitación a China para participar en el Rimpac (el mayor ejercicio naval del mundo que tendrá lugar en el verano boreal)”, explica Christopher Yung, profesor de la Universidad del Cuerpo de Marines.
En Washington, por lo pronto, ya se dispararon las alarmas.
Bryan McGrath, investigador del Centro de Poder Naval de Estados Unidos en el Instituto Hudson, explica que la Armada china ha estado rezagada por más de una generación, lo que ha hecho que el desarrollo en estos últimos tiempos sea más impresionante.
A su llegada al poder, el Presidente Xi Jinping impulsó una profunda reforma del Ejército para cambiar sus prioridades: un recorte de 300.000 soldados a cambio de invertir más en innovación y tecnología para modernizar sus Fuerzas Armadas, sobre todo las navales, aéreas o de misiles.
Según el informe presentado por James Fanell ante el Congreso, la Armada de China ya supera a la de Estados Unidos en algunos aspectos:
– Tiene desplegados 330 buques y 66 submarinos (396 en total).
– Estados Unidos, en cambio, tiene desplegados actualmente un total de 283: 211 buques y 72 submarinos.
Según los cálculos del informe presentado por Fanell, China tendrá 450 buques y 99 submarinos operativos y Estados Unidos unos 355 para el año 2030.
Y la gran incertidumbre, en su opinión, es si Washington podrá financiar suficientes construcciones navales para flotar tal cantidad de buques y submarinos para entonces.
El ex director de inteligencia de la Sexta Flota advirtió además que, mientras que Estados Unidos busca contar con la mejor tecnología militar tanto por mar como por aire, China ha cerrado la brecha tecnológica.
“La calidad de los buques de guerra (de Beijing) ya presenta hoy una amenaza creíble en la región de Asia-Pacífico”, afirmó. No obstante, para el profesor Yung ello no implica necesariamente que Beijing sobrepase el poder militar de la primera potencia mundial en este momento.
“En estos casos debe analizarse en tamaño, es decir, número de barcos; y en capacidad militar. Yo diría que tenemos poco tiempo para que China nos alcance en la primera, pero creo que faltaría todavía al menos una o dos décadas antes de que China alcance a Estados Unidos en capacidad en poder de combate”.
Goldstein, por su parte, señala que si bien Estados Unidos tiene 11 grandes portaaviones nucleares, China sólo tiene dos que son significativamente más pequeños y sin poder atómico.
“La fuerza submarina la están desarrollando pero la nuestra sigue siendo superior y además contamos con mayor experiencia”, asegura el profesor del Instituto de Estudios Marítimos de China del Colegio Naval de EE.UU.
De acuerdo con el investigador Bryan McGrath, el desarrollo marítimo de China ha llevado a que el balance de poder haya variado “significativamente” en los últimos años.
Goldstein, por su parte, señala en ese sentido que en algunas de las áreas de tensión, como lo son ahora Taiwán y el Mar de China Meridional, ya la marina de guerra de Beijing Pekín supera a la estadounidense.
“Es una región que está más cerca del terreno continental de China, por lo que geográficamente ellos tienen una mayor ventaja. Pero en mar abierto, la Armada de Estados Unidos seguirá siendo la más poderosa por un largo tiempo”, señala.
De hecho, según Yung, una de las cuestiones a tener en cuenta es si Beijing está reforzando su Armada regional únicamente para el control estratégico del Mar de China Meridional, o quiere desarrollar una fuerza marítima global para competir con otras potencias como Estados Unidos.
Según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz con sede en Estocolmo, Suecia, aunque Washington se mantuvo durante 2017 como el país que registra los mayores gastos de defensa a nivel global, China realizó el mayor incremento absoluto en esos costes (US$ 12 mil millones).
Es por eso que, en opinión de Macgrath, el hecho que China busque ahora ser la potencia líder en la región de Asia-Pacífico hace que el desafío para Estados Unidos en unas décadas pueda ser mayor en caso que quiera expandir su control.
“El problema es que mantener ese dominio que ahora tiene la Armada de Estados Unidos conlleva una serie de gastos que me parecen que no cuenta con el necesario apoyo. Y lo que veo en un periodo de 15 años es que dejaremos de ser la fuerza naval más poderosa del mundo”, sostiene. (BBC Mundo)