Un océano separa a Estados Unidos y a China. Su dominio es ahora también un motivo de disputa. Desde finales de la Segunda Guerra Mundial, el control del Pacífico y los mares del mundo ha estado en el radar de la Armada estadounidense. Grandes marinas de guerra, como la de Rusia o India, no han podido superarla en número o capacidad. Pero desde hace un par de años, los expertos navales de Washington temen por un “nuevo peligro” para la potencia naval más fuerte del mundo: el creciente poderío marítimo de China.