A 55 ascendió el número de fallecidos por disparos del Ejército israelí en las protestas de Gaza contra el traslado de la embajada de EE.UU. a Jerusalén, ocho de los cuales corresponderían a menores de 16 años. Según datos del Ministerio de Salud palestino, además unas 2.410 personas resultaron heridas, entre ellos 200 menores.
Al menos una treintena de los lesionados se encuentran en estado de extrema gravedad, 71 tienen consideración grave, unos 800 de gravedad media y cerca de un millar sufrieron heridas leves.
Más de 918 fueron heridos por munición viva, cinco por balas recauchutada, 98 por restos de metralla, 196 por golpes y contusiones y más de 700 fueron atendidos por asfixia por gases lacrimógenos.
El Ministerio también denunció que hubo disparos contra periodistas y personal médico. Uno de los paramédicos murió y dos fueron heridos. Las protestas, convocadas por todas las facciones en el marco de la Marcha del Retorno, se han hecho coincidir con el traslado de la embajada de EE.UU. a Jerusalén y se espera que continúen este martes, día en que los palestinos conmemoran la Nakba (Catástrofe) que para ellos supuso el nacimiento de Israel hace 70 años.
Las autoridades sanitarias palestinas han pedido a su contraparte en Egipto que envíen a los hospitales de la Franja de Gaza medicinas y material médico de emergencia, así como equipos médicos especializados en cirugía vascular, ortopedia, anestesia y cuidados intensivos, y han solicitado también se autorice la salida de heridos para ser atendidos en centros especializados en Egipto.
Según el Ejército israelí, más de 40.000 personas participaron en las protestas cerca de la valla divisoria y cientos de ellos trataron de saltar la barrera.
El Presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, acusó a Israel de cometer una masacre contra los manifestantes y declaró tres días de luto en los Territorios Palestinos.
Asimismo, añadió que Estados Unidos ya no es un mediador en Oriente Medio, y calificó a la embajada estadounidense de nuevo puesto de avanzada de la colonización.
Por su parte el ministro de Salud palestino, Jawad Awad, hizo un llamado urgente a la comunidad internacional para que presione a Israel para que detenga la violencia.
La Policía israelí también detuvo al menos a catorce personas en una manifestación celebrada a pocos metros de la nueva sede diplomática, después de reprimirlas haciendo uso de la fuerza y confiscase las banderas palestinas que portaban.
Los manifestantes no se atuvieron a los términos acordados con la Policía. Corearon Alahui Akbar (Alá es grande) y la Policía les quitó las banderas, catorce manifestantes fueron detenidos en la escena, informó el portavoz policial, Miki Ronsfeld.
A media tarde cientos de personas se acercaron a las inmediaciones de la nueva embajada, una minoría para apoyar su traslado desde Tel Aviv, y la mayoría para rechazar lo que consideran la consolidación de la ocupación de Palestina”.