China está analizando la posibilidad, en el marco de la guerra comercial con Estados Unidos, de devaluar su moneda nacional, el yuan, como instrumento de presión contra su rival y para mitigar las consecuencias del conflicto.
Una parte del análisis estudia el efecto del uso de la moneda como herramienta en las negociaciones comerciales con Estados Unidos, mientras que una segunda parte analiza qué sucedería si China deprecia el yuan para compensar el impacto de un acuerdo comercial que limite las exportaciones.
El banco central chino declinó de momento comentar la información, que hizo que el yuan perdiera valor en el mercado de divisas y cayera a su nivel más bajo en dos semanas.
Durante su campaña electoral, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusó reiteradas veces a China de mantener artificialmente baja la cotización del yuan para favorecer a su industria exportadora. Más tarde, sin embargo, Trump retiró su acusación.
Desde hace algún tiempo, China está revalorizando artificialmente su moneda nacional en vez de debilitarla.
A diferencia del euro o el dólar, por ejemplo, el yuan no está totalmente sometido a las fuerzas del mercado, sino que solo puede fluctuar libremente en una horquilla establecida en relación con un valor indicativo.
Beijing intentó en el pasado varias veces flexibilizar la cotización del yuan y propiciar su devaluación, lo que a fines de 2015 y principios de 2016 desató fuertes turbulencias en los mercados financieros internacionales.
Muchos analistas temen que después de que Washington y Beijing anunciaran la imposición recíproca de aranceles punitivos podría desatarse una espiral con sucesivas nuevas represalias.