El negociador jefe de la Unión Europea (UE) para el “Brexit”, Michel Barnier, anunció que Bruselas y Londres han acordado un periodo de unos dos años de transición después de que el Reino Unido abandone la UE, el 29 de marzo del 2019.
Hemos alcanzado un acuerdo sobre el periodo de transición, declaró el político francés durante una rueda de prensa posterior a la última ronda de negociación entre las dos partes.
El plazo transitorio que había solicitado el Reino Unido durará 21 meses, desde el 30 de marzo del año próximo hasta el 31 de diciembre del 2020, y durante ese tiempo Londres no participará en la toma de decisiones en la UE, pues ya no será un Estado miembro, pero mantendrá el acceso al mercado único y la unión aduanera.
Además, se seguirá aplicando toda la legislación de los Veintiocho en el país.
Nos hemos comprometido a trabajar durante ese periodo con buena fe y a seguir respetando el principio de cooperación leal, comentó Barnier.
Londres y Bruselas también han resuelto sus diferencias sobre la cuestión de los derechos de los ciudadanos que lleguen al Reino Unido en la transición.
Estamos de acuerdo para que los ciudadanos británicos y europeos de los Veintisiete que lleguen durante el periodo de transición se beneficien de los mismos derechos y garantías que quienes han llegado antes del día del 'Brexit', explicó el galo.
Tanto él como el ministro británico para el Brexit, David Davis, coincidieron en destacar que la transición permitirá a las empresas y la administración del Reino Unido prepararse para el futuro, una vez que se produzca la salida efectiva del bloque comunitario.
Este tiempo facilitará también nuestra propia preparación desde el lado europeo y ese tiempo de la transición será en el que deberemos finalizar nuestra futura relación, dijo Barnier.
Los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete tienen previsto dar luz verde a las directrices para negociar el marco de la futura relación con el Reino Unido en la cumbre de este viernes, 23 de marzo, si bien las conversaciones formales sobre la asociación entre Londres y Bruselas solo podrán comenzar cuando se haya producido el Brexit, a partir del 29 de marzo del 2019.
La entrada en vigor del acuerdo sobre la futura relación se llevará a cabo cuando concluya la transición, a partir de 2021.
El periodo transitorio cubre, asimismo, el territorio de Gibraltar, pero su aplicación dependerá de la negociación bilateral entre Madrid y Londres, resaltó el jefe negociador europeo. ”El resultado (de la negociación) es fundamental para la aplicación en Gibraltar del acuerdo, dijo Barnier.
A su lado, Davis confirmó que el acuerdo de transición anunciado este lunes cubre a Gibraltar y señaló que las negociaciones que se están llevando a cabo con las autoridades españolas están siendo muy constructivas y que espera que estas sean productivas.
Junto con el pacto del periodo transitorio, Londres y Bruselas han logrado, igualmente, un acuerdo sobre una gran parte de lo que constituirá el acuerdo internacional para la retirada ordenada del Reino Unido, confirmó Barnier, en particular, sobre el acuerdo financiero y los derechos de los ciudadanos.
Igualmente, destacó los progresos sobre la finalización de los procesos aduaneros, la circulación y supervisión de productos o los compromisos británicos en materia nuclear.
No obstante, recalcó que aún quedan cuestiones pendientes como la gobernanza de ese tratado de salida, las indicaciones de procedencia, la protección de datos o la frontera entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte.
A ese respecto, la UE y el Reino Unido han decidido incluir en el documento sobre la retirada la opción de alinear las legislaciones en toda la isla irlandesa, que se aplicará salvo que o hasta encontrar una solución alternativa.
En ese supuesto, Irlanda del Norte permanecería en el mercado único y la unión aduanera tras la salida del club comunitario, posibilidad que la primera ministra, Theresa May, había calificado las últimas semanas de amenaza para la integridad constitucional de su país.
Debemos tener una solución práctica y factible para evitar una frontera dura y proteger la cooperación entre el norte y el sur, insistió, en cualquier caso, Barnier.
Mientras tanto, Davis declaró que su Gobierno sigue comprometido con evitar una frontera dura entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte y admitió que incluir la opción de homogeneizar las leyes en Irlanda en el tratado de retirada es aceptable para Londres.
Pero sigue siendo nuestra intención lograr una asociación tan próxima que no requiera medidas específicas con respecto a Irlanda del Norte”, agregó.