La ONG Transparencia Venezuela denunció a través de un seguimiento que el Carnet de la Patria, documento de identidad ideado por el gobierno de Nicolás Maduro, es una herramienta de control social que busca, entre otros fines, la lealtad al oficialismo en las urnas.
El Carnet de la Patria fue presentado en sus inicios como un instrumento de racionamiento de alimentos para combatir una “guerra económica”. Sin embargo, desde su lanzamiento a inicios de 2017, se han encontrado tales contradicciones en declaraciones de funcionarios que han alimentado la controversia alrededor de esta herramienta.
Transparencia Venezuela tituló así su trabajo sobre el Carnet de la Patria como “El apartheid revolucionario”.
La ONG citaba a algunos dirigentes del chavismo a inicios del 2017 cuando se presentó el proyecto que unificaría las misiones –planes sociales creados por el ex presidente Hugo Chávez– a través de un Carnet personal equipado con un código electrónico QR. El Presidente Nicolás Maduro sostuvo en ese tiempo que “(…) con el Carnet de la Patria se establecerá un nuevo Gobierno Social, porque sin las misiones no somos nada”.
Por su parte, el ministro para las Comunas Aristóbulo Istúriz señaló que el carnet “servirá para detectar las necesidades de la población”; para Jorge Rodríguez, Alcalde de Caracas, “el Carnet permitirá la transformación del Gobierno en materia tecnológica…y una poderosa herramienta para entender de forma científica y veraz y precisa cada uno de los logros y alcances de la revolución bolivariana”.
Según el artículo 21 de la Constitución venezolana, “todas las personas son iguales ante la ley y no se permitirá ningún tipo de discriminación”. Bajo ese precepto fundamental se erige “la imposición de presentar esa tarjeta para acceder a bienes y servicios que el Estado está obligado a ofrecer sin distinción” denuncia Transparencia Venezuela.
En los últimos meses, conforme avanza la crisis humanitaria en el país en el que muere al menos un niño al día a causa de la desnutrición y, según Consultores 21, al menos 4 millones de venezolanos han emigrado y miles se encuentran en condición de refugiados, el uso del Carnet de la Patria se ha flexibilizado; de manera que se puede utilizar para cobrar pensiones, acceder al sistema de salud pública, obtener algunos alimentos o cobrar los distintos bonos que cada tanto anuncia el presidente Maduro. En los cuales intenta beneficiar a jóvenes, ancianos y mujeres embarazadas otorgando dinero devaluado en medio de una hiperinflación que suma más de 6.500%.
Esas recompensas dadas en forma de bonos en vísperas de un año electoral a quienes porten dicho Carnet no son en vano. Cada usuario queda registrado en un sistema único el cual depende del ejecutivo nacional, que a su vez controla los organismos de identificación civil y las misiones o programas sociales que empoderan a los consejos comunales respaldados por funcionarios del partido del gobierno. Este aparato es sensible, ya que al llegar a escenarios electorales, se le obliga a los beneficiados a votar bajo supervisión de alguna autoridad oficial y se infringe el derecho al voto libre y secreto, remarcado en la Constitución de Venezuela.
Según Nicolás Maduro, se trata de un elemento que tiene el objetivo de elevar la organización “del poder popular social”. Sin embargo, bajo el secretismo en el manejo de los recursos invertidos en esta tarjeta electrónica y en los programas que le preceden, Transparencia Venezuela considera que se trata de un aparataje que ya es utilizado para “arrodillar a los ciudadanos, irrespetando sus más elementales derechos”.