Antonio Palocci quien ocupara cargos en los gabinetes de los presidentes brasileños Lula da Silva y Dilma Rousseff, afirmó en testimonio ante el juez Sérgio Moro que Lula avaló un “pacto de sangre” con la constructora Odebrecht, por el que esta se comprometió a pagar 300 millones de reales en sobornos.
El monto, casi 100 millones de dólares, sería desembolsado entre el final del gobierno de Lula y los primeros años del de Dilma Rousseff, de acuerdo a lo manifestado por los abogados de Palocci.
Palocci, ex jesuita y médico de profesión, fue fundador del Partido de los Trabajadores (PT) y su presidente en el Estado de Sao Paulo entre 1997 y 1998. Fue ministro de Hacienda en el gobierno de Lula y ministro-jefe de la Casa Civil en el de Dilma Rousseff, hasta que fue condenado por irregularidades administrativas. Está en prisión desde setiembre del año pasado y en junio de este año fue condenado a 12 años.
El ex ministro afirma que el acuerdo de sobornos fue cerrado en una reunión entre Emílio Odebrecht y el propio Lula. El constructor estaba preocupado que la relación de la empresa constructora con la presidenta Rousseff no tuviera la fluidez que gozaba en el gobierno de Lula.
Según informa Folha de Sao Paulo, el empresario le propuso a Lula un pacto de sangre para mantener no solo los contratos de Petrobras sino a nivel de todo el Gobierno. El acuerdo preveía la reforma de la casa de descanso en Atibaia, la compra de un terreno para la nueva sede del Instituto Lula y 300 millones de reales (U$S 100 millones) de ventajas indebidas a disposición de Lula y el PT.
De acuerdo al informe de las declaraciones que recoge Folha, Lula llamó a Palocci para que decidiera la forma en que recibirían el dinero. El ex ministro menciona, a manera de ejemplo, 4 millones de reales sacados por Branislav Kontic, su ex asesor, de la sede de Odebrecht en Sao Paulo y entregados al Instituto Lula. Las informaciones de la entrega están descritas en la denominada Planilla Italiano B. Italiano era el nombre en código con que se conocía a Palocci en Odebrecht para la realización de operaciones ilegales.
El ex jerarca fue escuchado en la acción que se lleva a cabo contra Lula, acusado de haber recibido de la constructora un terreno de 12,4 millones de reales para ser la nueva sede del Instituto Lula (negocio que acabó no concretándose) y un apartamento de 540.000 reales en Sao Bernardo do Campo, vecino al que vive Lula. Palocci confirmó la acusación de la fiscalía y dijo que la compra disfrazaba sobornos al ex presidente, admitiendo que actuó de intermediario en el arreglo. Dijo que todo se realizó con el aval de Lula, y que en la compra del terreno actuaba una firma de fachada.
De acuerdo al testimonio de Palocci, él y Marcelo Odebrecht -actualmente también en prisión- estaban preocupados ante la posibilidad que las autoridades desconfiaran de la operación, razón por la que el ex ministro trató de disuadir a Odebrecht de realizar la compra. Sin embargo, ante la insistencia de Lula, fue necesaria una cena en la casa del propio Lula para que Palocci los disuadiera.
El ex ministro actualmente negocia con la fuerza de tareas de la Operación Lava jato un acuerdo de delación premiada, para rebajar su condena.
El ex mandatario se expresó a través de las redes sociales para rebatir las acusaciones de Palocci. Según Lula, Palocci cae en contradicciones y no está comprometido en decir la verdad. ... solo se comprende en esta situación preso y condenado en otros procesos por el juez Sérgio Moro que busca negociar con el Ministerio Público y el propio juez Moro un acuerdo de delación premiada, escribió Lula.