El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, viajó el viernes a la Antártida como parte de su preparación para preparar una conferencia internacional sobre cambio climático que se celebrará en Marrakech la próxima semana, en un momento en que el mundo prevé diferentes políticas ambientales cuando asuma Trump.
Kerry viajó a bordo de un C17 Globemaster de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos desde Christchurch, Nueva Zelanda, hasta la estación de McMurdo, la base de las operaciones estadounidenses en la Antártida y desde allí fue a un pequeño centro de investigación cerca del Polo Sur, donde intercambió puntos de vista con los expertos allí estacionados. Posteriormente regresó a McMurdo por la noche y de allí a Nueva Zelanda el sábado para una reunión con el primer ministro John Key.
El secretario de Estado no hizo declaraciones públicas en la Antártida, pero el jueves en Christchurch felicitó al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, por haber ganado lo que Kerry llamó una elección trascendental a principios de esta semana.
Grandes cambios parecen estar en el radar tras la victoria de Trump, cuyos puntos de vista sobre cuestiones ambientales pueden resumirse de la siguiente manera:
Trump twitteó en 2012 que el concepto de calentamiento global fue creado por y para los chinos con el fin de hacer la fabricación estadounidense no competitiva. Son conocidos sus propósitos de desmantelar el Acuerdo de París que establece objetivos para revertir los peores efectos del calentamiento global, acordado por casi 200 países en diciembre pasado.
El ahora presidente electo ha expresado repetidamente que los Estados Unidos no deberían gastar recursos financieros en el cambio climático y deberían usarlos para asegurar que el mundo tenga agua limpia, eliminar enfermedades como la malaria, aumentar la producción de alimentos o desarrollar fuentes alternativas de energía. Todavía hay mucho que necesita ser investigado en el campo del 'cambio climático', dijo. Debemos decidir la mejor manera de proceder para que podamos hacer la vida mejor, más segura y más próspera.
El agua limpia puede ser la cuestión más importante que enfrentemos como nación para la próxima generación, y será una prioridad máxima para su administración, dijo Trump. Debemos hacer la inversión en nuestra infraestructura de agua potable para asegurar el acceso a soluciones de agua dulce asequibles para todos, señaló.
Debemos explorar todas las opciones para hacer la desalinización más asequible y trabajar para construir la infraestructura de distribución para llevar este escaso recurso a donde sea necesario para nuestros ciudadanos y quienes producen la comida del mundo.