Las autoridades chinas aprobaron este martes la puesta en marcha de la conexión entre las bolsas de Hong Kong y Shenzhen, un mecanismo que estaba previsto que empezara a operar a principios de año y que se retrasó a la espera de que los mercados diesen más garantías de estabilidad.
El programa Shenzhen-Hong Kong, cuya adopción inminente anticiparon las autoridades chinas, fue rubricado este martes por el Consejo de Estado (Gobierno), según publica la agencia oficial Xinhua.
Se trata de una réplica del puesto en marcha entre las bolsas de Shanghai y Hong Kong en 2014, con el objetivo de ampliar la apertura de los mercados financieros chinos.
El plan permitirá a los accionistas internacionales la compraventa de un número limitado de títulos en la bolsa de Shenzhen a través del de Hong Kong y viceversa.
Aunque el vínculo Shenzhen-Hong Kong iba a ser inaugurado en un principio a finales de 2015, su ejecución se pospuso a comienzos de 2016 porque los preparativos no estaban terminados.
Entonces la conexión volvió a retrasarse hasta la segunda mitad de este año para dar tiempo a las bolsas chinas a recuperarse, aunque no del todo, de la debacle sufrida durante el verano de 2015.
El nuevo esquema de conexión espera atraer gran atención de los inversores internacionales, con el mercado de Shenzhen como el segundo de China -después del de Shanghai- y dominado por las empresas tecnológicas.
La conexión entre las bolsas de Hong Kong y Shanghái generó transacciones por valor de unos 2 billones de yuanes (unos US$309.100 millones) en su primer año de funcionamiento.
En paralelo, China y el Reino Unido están estudiando la viabilidad de un programa de conexión similar entre las bolsas de Shanghai y Londres para 2017. El ministro británico para Asia, Alok Sharma, realiza estos días su primera visita oficial a China, que incluye también una visita a Shenzhen tras su paso por Beijing.