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Solidaridad latinoamericana con Rousseff acosada por juicio político

Miércoles, 14 de octubre de 2015 - 10:05 UTC
“No necesita pedirlo porque lo tiene. Dilma es una persona honesta, que fue elegida constitucionalmente”, aseguró el secretario de Unasur Samper “No necesita pedirlo porque lo tiene. Dilma es una persona honesta, que fue elegida constitucionalmente”, aseguró el secretario de Unasur Samper
Morales y Maduro manifestaron preocupación y hablaron de ”una nueva modalidad contra la presidenta Rousseff y contra el movimiento popular” Morales y Maduro manifestaron preocupación y hablaron de ”una nueva modalidad contra la presidenta Rousseff y contra el movimiento popular”
“Confío en que los poderes del Estado actuarán con responsabilidad y en que Dilma desarrollará su Gobierno dentro de la constitucionalidad”, declaró Scioli “Confío en que los poderes del Estado actuarán con responsabilidad y en que Dilma desarrollará su Gobierno dentro de la constitucionalidad”, declaró Scioli

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff recibió este martes el apoyo de los mandatarios de Bolivia y Venezuela, del secretario general de la Unasur y del candidato presidencial del oficialismo en Argentina frente a la ofensiva de la oposición brasileña para que sea juzgada con fines de destitución.

 El secretario general de Unasur, Ernesto Samper, quien se reunió con Rousseff en el Palacio de Planalto, aseguró que la posición del organismo regional “es muy clara” en el sentido de que “la presidenta fue elegida constitucionalmente y tiene que, constitucional y políticamente, terminar su mandato”.

Samper indicó que no trató del asunto con la presidenta quien inició su segundo mandato consecutivo el 1 de enero de 2015, pero resaltó que la mandataria cuenta con el apoyo de Unasur sin necesidad de solicitarlo.

“No necesita pedirlo porque lo tiene. Es una persona honesta, que fue elegida constitucionalmente”, aseguró el secretario de Unasur, citado por la Agencia Brasil.

Samper indicó que “obviamente” la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) espera que “todos los temas políticos sean tratados dentro del Congreso, dentro de la Constitución, dentro de la ley y con respeto a las normas universales sobre legítima defensa”.

Por su parte los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro y Evo Morales de Bolivia que se reunieron en una localidad boliviana, expresaron su “preocupación y alarma” por la ofensiva opositora contra su colega brasileña, que debe afrontar una grave crisis económica y el impacto de grandes escándalos de corrupción como el de Petrobras.

“Tanto el presidente Evo Morales como mi persona manifestamos nuestra preocupación y vamos a iniciar un conjunto de consultas porque parece anunciarse en Brasil con una nueva modalidad un golpe de estado contra la presidenta Dilma Rousseff y contra el movimiento popular”, sostuvo el mandatario venezolano.

Según Maduro, ha costado mucho “que se levanten los movimientos populares y sean gobiernos del pueblo y para el pueblo” en los países latinoamericanos y ahora “hay una arremetida contra todos los procesos progresistas” en la región.

Agregó que los presidentes del bloque bolivariano Alba no se quedarán callados “frente a un intento de golpe de Estado en Brasil ni en ningún lugar de América Latina y el Caribe”, sino que se manifestarán “con voz clara y abierta para apoyar al movimiento popular y al pueblo de Brasil”.

Además de Samper, Rousseff recibió este martes en Brasilia al candidato presidencial del oficialismo argentino, Daniel Scioli, el favorito en los sondeos de las elecciones del 25 de octubre.

“Confío en que los poderes del Estado (brasileño) actuarán con responsabilidad y en que Dilma (Rousseff) desarrollará su Gobierno dentro de la constitucionalidad”, declaró Scioli a los periodistas tras su entrevista con la mandataria.

Scioli gobernador de la provincia de Buenos Aires y candidato por el Frente de la Victoria de Cristina Fernández afirmó que su política es no intervenir en asuntos de otros países, pero alertó de que, en “algunos momentos”, “se ha visto actuar al triángulo mediático, judicial y político” contra los que definió como “gobiernos populares” en América Latina.