La revista brasileña Época señala que Lula Da Silva podría ser investigado por los cabildeos en apoyo al Grupo Odebrecht, la empresa privada más grande del país, para que pudiera desarrollar proyectos en República Dominicana, Cuba, Venezuela y Ghana.
En La Habana, esa empresa ahora investigada en Brasil, construyó el puerto Mariel, una obra de casi 2.000 millones de dólares, y cuya gestión que es atribuida al ex presidente de Brasil.
Cables de prensa señalan que los fiscales federales brasileños confirmaron que están evaluando si investigarán al mismo ex-presidente Lula da Silva por cabildear en el extranjero a favor de Odebrecht.
Una unidad anticorrupción tiene 90 días para decidir si abre una investigación exhaustiva para determinar si el ex-mandatario estuvo involucrado en el delito de tráfico de influencias por presuntamente influir en líderes extranjeros para conceder contratos inflados multimillonarios a Odebrecht, y por ejercer presión para que el banco de desarrollo de Brasil entregara a la compañía más de 1,000 millones de dólares en préstamos con interés bajo desde 2011, después que dejó el cargo.
En República Dominicana, Odebrecht ha sido la empresa responsable de construir los principales proyectos de infraestructura que ha ejecutado el Estado en los últimos 10 años.
Da Silva ha hecho saber su preocupación de que por no tener fuero privilegiado, como tienen los políticos en ejercicio de cargos públicos, puede ser llamado a declarar en calidad de testigo, en cualquier momento.
La investigación de la fiscalía a Lula fue publicada primero por la revista noticiosa Época el fin de semana. Las noticias llegan en un momento delicado para el Partido de los Trabajadores, que Lula ayudó a fundar, y para la sucesora que escogió, la presidente Dilma Rousseff, quien está enfrentando turbulencia política y económica por lo que los fiscales han etiquetado como la mayor confabulación de corrupción descubierta hasta ahora en Brasil: un sistema de sobornos en la empresa petrolera estatal Petrobras.
Hasta el momento ni Lula ni Rousseff han sido involucrados en el escándalo de Petrobras, en el cual presuntamente Odebrecht y varias otras empresas de construcción e ingeniería importantes pagaron sobornos a ejecutivos designados políticamente en la compañía petrolera a cambio de obtener contratos con costos inflados.
Fiscales argumentan que parte del dinero fue canalizado a los cofres de campaña del Partido de los Trabajadores y de sus aliados. Más de 50 figuras políticas, incluidos 33 miembros del Congreso, están siendo investigadas en el caso Petrobras.