El fundador de Wikileaks, Julian Assange, cumplió este viernes tres años como refugiado en la embajada ecuatoriana de Londres acusando a la justicia sueca de jugar con su caso. Assange, de 43 años, hizo público esta semana un comunicado asegurando que la fiscalía sueca no acudió a una cita para tomarle declaración en la embajada.
“He estado detenido sin cargos durante 1.650 días”, dijo Assange.
La fiscal sueca Marianne Ny “canceló una cita potencial para tomar mi declaración. Propusimos las fechas y Ny las aceptó. Ny hizo creer a mis abogados que la cita iba adelante”, pero al final no acudió.
No sólo eso, aseguró Assange, además la demanda a las autoridades ecuatorianas y británicas para cumplir con este trámite judicial “fue enviada a Ecuador hace sólo dos días”, por lo que el interrogatorio tendrá que esperar varias semanas más.
La justicia británica aceptó extraditar a Suecia a Assange para que respondiera en un caso de supuestos abusos sexuales y violación a dos mujeres -algo que él niega-, pero el periodista buscó refugio en la embajada ecuatoriana por temor a que Suecia lo acabara extraditando a Estados Unidos para responder por las filtraciones de documentos oficiales confidenciales de Wikileaks.
Finalmente, la fiscalía sueca, ante la posible expiración de una parte de los presuntos delitos, aceptó venir a Londres a confrontar a Assange, en una fecha de la que no había noticia hasta que éste publicó el mencionado comunicado.
Partidarios de Assange manifestaron ante la legación del barrio londinense de Knightsbridge, justo al lado de los almacenes Harrods. La embajada recibe poco sol porque una gran parte da a un callejón sombrío, y Wikileaks ha denunciado repetidamente que sus comunicaciones están siendo espiadas.
La habitación en la que vive Assange está dividida en una oficina y una sala de estar. Tiene una cinta para hacer ejercicio, una ducha, un microondas y una lámpara de rayos ultravioleta.
“No ha visto el sol en tres años porque la embajada no tiene una zona al aire libre”, explicó WikiLeaks. “Sus derechos han sido gravemente vulnerados”.
Al encerrarse en la embajada, Assange violó las condiciones de su libertad condicional en el Reino Unido. Un nutrido grupo de policías le espera a las puertas para apresarlo si sale, un dispositivo cuyo coste ha alcanzado ya unos 16 millones de dólares.
El gobierno ecuatoriano de Rafael Correa ha apoyado a Assange durante todo este tiempo y acusó a Suecia de violar sus derechos humanos por la demora en interrogarlo.
“¿Qué significa no haberlo hecho (antes)? Significa haber violado los derechos humanos de Julian Assange tres años seguidos, más allá de los dos años que estaba también en libertad condicional en el Reino Unido antes de que entrara a nuestra embajada”, dijo el ministro de Exteriores ecuatoriano, Ricardo Patiño.
“Ahora, preocupados por la posible prescripción de algunos de los supuestos delitos, están buscando” interrogarle, lamentó Patiño, exigiendo que “alguien tendrá que responder” por la situación. Agregó que hace una semana, la legación ecuatoriana en Estocolmo recibió una comunicación de Suecia, en la cual solicita a Quito asistencia internacional en materia penal como “paso previo para llevar a cabo diligencias de orden judicial” en Londres.