Alejandro Andrade guardaespaldas y secretario privado del expresidente venezolano Hugo Chávez hasta dirigir la Oficina del Tesoro Nacional y el Banco de Desarrollo Económico y Social, al tiempo que fungía de viceministro de Finanzas, manejó con total discrecionalidad dineros públicos, incluidos los “fondos sociales” del gobierno, donde comenzó su carrera de “administrador” que solo rendía cuentas al líder bolivariano.
Las fabulosas cantidades de fondos que Andrade movilizaba dentro y fuera de Venezuela, quedó expuesto por las revelaciones de las cuentas secretas de la sucursal Ginebra del HSBC, y cuya buena administración le mereció el nombre de 'patriota' por parte de Chávez, y ahora un retino dorado en Palm Beach, Florida.
Andrade fue uno de los oficiales que acompañó a Chávez en el fracasado golpe de Estado de 1992 y se convirtió, luego, en guardaespaldas del líder bolivariano y llegó a ser su secretario privado. Durante sus primeros años en la presidencia de Venezuela (1999-2007), Chávez encargó al leal Andrade el manejo del dinero para las “misiones sociales” que su gobierno pregonaba.
La Fundación Pueblo Soberano (2001) y el Fondo Único Social (2002) fueron puestos por el mandatario bajo la tutela de Andrade. Posteriormente, y a pesar de las reiteradas denuncias de corrupción que se levantaban en su contra, Chávez llevaría a su leal secretario hasta los más elevados puestos en el manejo del dinero público, y lo alabaría por su gran “patriotismo”.
En un momento dado llegó a ocupar tres cargos claves en ese sector, al mismo tiempo. Además de Tesorero Nacional (2007-2010), Andrade fue el presidente del Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela, entre 2008 y 2010, al tiempo que fungía de viceministro de Finanzas.
Todo esto lo convirtió en un todopoderoso manejador de siderales sumas de dinero público, que solo reportaba a Hugo Chávez.
De acuerdo al registro de las cuentas de la filial suiza del banco británico HSBC reveladas esta semana el 8 de diciembre de 2005 fue abierta una cuenta bajo el “Nombre del perfil del cliente: Oficina Nacional del Tesoro - Ministerio de Finanzas”.
Uno de los funcionarios con acceso a esa cuenta era Alejandro Andrade.
En el periodo 2006-2007, en momentos en que Andrade iniciaba su gestión al frente del Tesoro Nacional, esa cuenta registra su “monto máximo constatado” hasta ese momento: 698.309.083 dólares.
La pregunta que surge, evidente, es por qué un ente que maneja dinero público mantenía una cuenta con las características de las que se emplean para eludir los controles públicos en sus países de origen.
Además del hecho de que una de las personas con acceso a ella era conocida en Venezuela por manejar oscuramente el dinero público a su cargo.
La revelación del diario francés Le Monde, compartida con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), que a su vez transmitió la información a un grupo de diarios en el mundo, habla de más de 100.000 cuentas bancarias irregularmente amparadas en el secreto bancario.
En el período analizado (2005-2007), Venezuela aparece como el tercer país con mayor cantidad de dólares en la filial suiza del HSBC, con 14.800 millones, de un total de 31.500 millones que afectan a Latinoamérica y el Caribe.
Durante el gobierno de Hugo Chávez, se movilizaron cantidades fabulosas de dinero, con el petróleo alcanzando precios que jamás se habían pensado posible en tan poco tiempo. La fabulosa dilapidación de ese caudal, tanto en medidas populistas, como en el notorio enriquecimiento de la oligarquía chavista, es uno de los actos más lamentables del “socialismo del siglo XXI”.
“Ahora tenemos el Banco del Tesoro, y la Unidad del Tesoro, y allí tenemos un grupo de patriotas (...). Allí tenemos a Alejandro Andrade, viceministro y tesorero”, decía Chávez en 2009.
El patriota bolivariano Andrade vive hoy en día retirado de la vida pública venezolana en la elitista Wellington, Palm Beach, en Florida, con el lujo de un marajá.
Fanático de la equitación, dispone de caballos de pura sangre valorados en cientos de miles de dólares, y una costosa instalación de formación de jinetes, que participa en torneos llevando sus valiosos caballos en aviones rentados exclusivamente para cada ocasión.
Pero, ya cuando asistía al Country Club de Caracas, se hizo famoso por sus pródigos gastos.
Un socio había comentado en una de las competencias que “mientras que la mayoría de la gente asiste con 2 o 3 animales, él lleva 14. Los que se han beneficiado y los nuevos en la equitación lo adoran. Comen con él, van a Aruba en sus aviones”. Todo gracias a la fortuna amasada durante su “patriótica” función pública en el chavismo.