Alejandro Andrade vivía en una mansión valorada en más de US$8 millones, coleccionaba caballos de competencia, relojes de marca y autos de lujo. En noviembre de 2018, Andrade fue condenado en Estados Unidos a 10 años de prisión por lavado de dinero y se convirtió en la figura más emblemática de las numerosas denuncias de malos manejos de fondos públicos que durante años han surgido en la Venezuela chavista.
Alejandro Andrade guardaespaldas y secretario privado del expresidente venezolano Hugo Chávez hasta dirigir la Oficina del Tesoro Nacional y el Banco de Desarrollo Económico y Social, al tiempo que fungía de viceministro de Finanzas, manejó con total discrecionalidad dineros públicos, incluidos los “fondos sociales” del gobierno, donde comenzó su carrera de “administrador” que solo rendía cuentas al líder bolivariano.