La tasa anual de la inflación en Brasil se desaceleró más de lo esperado a mediados de noviembre y volvió al rango meta del Gobierno, pese a la reciente subida en los precios de los combustibles.
Los precios al consumidor en Brasil subieron un 6,42% en los 12 meses hasta mediados de noviembre, dijo el miércoles el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
Se esperaba que el índice mostrara un incremento de un 6,54%, según el consenso del mercado. El techo del rango objetivo del Gobierno para la inflación es de un 6,5 por ciento, según el índice IPCA-15.
En la comparación con mediados de octubre, los precios subieron un 0,38% desde el avance de 0,48% del mes previo, según el índice IPCA-15.
Una fuerte caída en los precios de los pasajes de avión y de buses interestatales compensó la subida que el Gobierno permitió a la petrolera estatal Petrobras aplicar en los precios de los combustibles.
Economistas habían calculado que esa alza en los combustibles mantuviera a la inflación por sobre el objetivo oficial.
Los precios del transporte desaceleraron su avance a un 0,20% a mediados de noviembre, desde el alza de 0,25% a mediados de octubre.
Los precios de los alimentos también redujeron su ritmo de incrementos en el mes hasta mediados de noviembre, lo que contribuyó a frenar la inflación, pese a que la carne subió mucho, frente a una mayor demanda de Rusia y China.
Este año, la tasa de la inflación de Brasil había mantenido su avance, debido en parte a la fuerte alza en el gasto del Gobierno.
El mercado pronostica que el banco central brasileño subiría las tasas de interés este año y el próximo desde el actual 11,25% lo que podría extender la actual recesión económica.
El director de Política Económica del Banco Central dijo que la inflación está “elevada” y que eso podría llevar a los encargados de las políticas a “recalibrar” la política monetaria en los próximos meses.