La reelecta presidenta brasileña Dilma Roussef afirmó con cierta molestia que no hace bolivarianismo cuando impulsa la participación social y rechazó de plano cualquier similitud con el proceso que se desarrolla en Venezuela.
Es una vergüenza tratar a los dos países como iguales. Es un desequilibrio, porque no hay similitud, aseguró la presidente de Brasil, Dilma Rousseff, en una entrevista con los principales diarios locales realizada en el Palacio de Planalto.
Esa historia del 'bolivarianismo' está contaminada en camadas, segmentos, de prejuicio contra mi gobierno. Generalmente, el uso ideológico de ciertas categorías distorsionan toda la comprensión de la percepción de la realidad”, aseguró.
En las últimas semanas, sectores de la sociedad brasileña emparentaron al gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) con el de Nicolás Maduro en Venezuela.
Además, un juez de la máxima corte de Justicia de Brasil, el Supremo Tribunal Federal (STF), Gilmar Mendes, dijo, tras la reelección de la mandataria, que temía una 'bolivarianización' de la Corte debido a que la mayoría de sus magistrados serían escogidos por el gobierno del PT.
”Si hay una idea que es usada indebidamente, se llama bolivarianismo (...). Lo más aterrador es que llegué a la conclusión de que el Consejo de Desarrollo Económico y Social (de asesoramiento al Gobierno e integrado por empresarios, entre otros actores) es bolivariano. Acusaron al gobierno de estar haciendo, con el tema de la participación social, bolivarianismo. Los órganos de participación vienen desde 1935, reclamó la mandataria.
Con relación a una propuesta de su partido sobre una nueva legislación para los medios de comunicación, la mandataria negó cualquier idea de regular contenidos, pero defendió la introducción de regulaciones económicas.
Yo defiendo la libertad de expresión y ella no es sólo libertad de prensa, sino que es el derecho de todo el mundo que tuviera una opinión, incluso aunque se esté de acuerdo con ella, a tener el derecho a expresarse, explicó.
En ese sentido, defendió la necesidad de una regulación económica para evitar la conformación de monopolios u oligopolios, pero aclaró que no será un proceso inmediato y que no busca alcanzar específicamente al mayor conglomerado de medios de Brasil, las Organizaciones Globo.
Específicamente sobre O Globo dijo: Ella (por la red) está más diluida. No creo que la red O Globo sea el problema. Eso es una visión que yo creo vieja sobre lo que es la regulación de los medios.