La construcción de la represa de Yacyretá costó 11.000 millones de dólares, según el director argentino de la entidad binacional que la gestiona, Oscar Thomas, una cifra que usará en la revisión del tratado con Paraguay. Es la primera vez que Argentina divulga su estimativa del costo total de la obra, que se inició en 1983 y que solo alcanzó su potencial previsto en 2011, indicó la fuente.
Los dos países, que comparten la enorme hidroeléctrica sobre el fronterizo río Paraná, deben renegociar los términos del tratado, incluido el volumen de la deuda que Paraguay debe a Argentina y la tarifa por la cual Paraguay le vende energía a su vecino.
El acuerdo original establece que la revisión debe hacerse a los 40 años de su entrada en vigor, lo que se cumplirá el próximo 27 de marzo. Las negociaciones serán seguidas muy de cerca por Brasil que también comparte con Paraguay la represa binacional de Itaipú, la más grande del mundo en operaciones y que alimenta casi el 30% de la energía eléctrica consumida por la economía mayor de Latinoamérica. Están en discusión el costo total de la obra y el precio del kilovatio-hora.
En un escueto mensaje en su cuenta de Facebook, Thomas dio algunas cifras clave para esa revisión en base a los cálculos argentinos. Calcula el costo total de la obra en 11.000 millones de dólares, de los cuales Argentina aportó 6.400 millones y la propia Entidad Binacional Yacyretá puso el resto, gracias a los ingresos por la venta de energía.
Paraguay contribuyó a la construcción con el 80 % del terreno anegado. La represa ha generado energía por un valor de 9.300 millones de dólares desde que comenzó a funcionar, según Thomas.
Esa electricidad debe dividirse a la mitad para cada país, pero Paraguay le vende su excedente a Argentina porque tiene menor consumo y también carece de una línea de trasmisión de alto voltaje para transportarla.
Según Thomas, el 95 % de la energía de Yacyretá ha acabado en hogares e industrias de su país, que pagó por ello 6.700 millones de dólares a la Entidad Binacional. Además, ha abonado hasta ahora 1.200 millones de dólares a Paraguay por la energía usada.
Como Argentina, Paraguay también debe pagar a Yacyretá por la energía que recibe. Según Thomas, ha entregado a la entidad 300 millones de dólares y le debe otros 300.
El tratado original establecía que la tarifa de venta se debía basar en el costo de producción, pero ese mecanismo nunca se aplicó. En su lugar en 1992 en una nota “reversal”, intercambiada por los Ejecutivos y que el Congreso de Asunción nunca ratificó, se estableció una tarifa fija, de 0,03 dólares por kilowatio/hora, que debería estar vigente hasta 2048, el término de vida útil de la presa.
Analistas y ex-presidentes paraguayos argumentan que si se hubiera aplicado una tarifa variable, Argentina habría pagado mucho más a Paraguay por la energía, por lo que su país no debe reconocer ninguna deuda por el dinero argentino aportado a la construcción.
El director argentino también apuntó que el país austral acreditó a Yacyretá 2.000 millones de dólares, un dinero que está en las cuentas de la entidad pero que pertenece a ese país, según explicó la fuente.
La prioridad de Paraguay en la negociación es resolver la incógnita sobre la deuda y fijar una tarifa más alta por la energía, mientras que Argentina da prioridad a elevar la capacidad de generación de la hidroeléctrica.
“Para Argentina Yacyretá significa energía. Para Paraguay significa recursos para las políticas públicas”. Un 18 % de la energía consumida en Argentina sale del giro de las 20 turbinas de Yacyretá.
Aprovechar más el río Paraná es una de las opciones de su Gobierno para eliminar su déficit energético, que le obliga a importar combustibles por 9.000 millones de dólares al año, según datos de su ministro de Planificación, Julio de Vido.
Sobre la mesa está la construcción de dos nuevas hidroeléctricas fronterizas, Itatí-Itá Corá y Corpus, mientras que una tercera, Aña Cuá, aprovecharía el vertedero actual de Yacyretá en un brazo del río Paraná. El proyecto de ampliación también contempla la instalación de otras tres turbinas en el cuerpo central de la presa. Ello requeriría la cooperación de Paraguay.