La Corte Suprema de Chile dictaminó en un fallo definitivo el sobreseimiento de la investigación sobre la muerte de Salvador Allende y dictaminó que el presidente socialista (1970-1073) se quitó la vida el 11 de septiembre de 1973 en el Palacio de la Moneda.
Según informaron fuentes judiciales, la resolución del máximo tribunal chileno ratificó en todas sus partes lo dictaminado en septiembre de 2012 por el juez Mario Carroza, quien estuvo a cargo de la investigación, abierta en enero de 2011 tras una denuncia de la fiscal Beatriz Pedrals.
La resolución del juez Carroza ya había sido ratificada por la II Sala de la Corte de Apelaciones el 24 de junio de 2013.
La indagatoria se incluyó entre un total de 726 casos de eventuales violaciones a los derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) que nunca antes habían sido investigados por la Justicia.
El dictamen de la Corte Suprema corrobora, en ese contexto, que no existen antecedentes que permitan determinar que haya existido intervención de terceros en la muerte del presidente Salvador Allende.
Según el texto del fallo, mientras La Moneda ardía tras ser bombardeada por la Fuerza Aérea, el 11 de septiembre de 1973, Allende se dirigió al Salón Independencia, situado en el segundo piso de la sede del Ejecutivo, “cerrando la puerta”.
“Una vez en su interior, se sienta en un sofá, coloca el fusil que portaba entre sus piernas y apoyándolo en su mentón, lo acciona, falleciendo en forma instantánea producto del disparo recibido”, continúa.
“A consecuencia de esta acción, su cuerpo quedó en una posición tal que su cabeza se cargó hacia la derecha e inclinó sobre el tórax. La bóveda craneana tuvo una pérdida importante de masa encefálica, que queda disgregada en el suelo y en el muro ubicado a sus espaldas”, relata el texto.
Respecto de la eventual participación de militares en la muerte de Allende, como hasta hoy insisten algunos partidarios, la resolución señala que las tropas que asaltaron La Moneda durante el golpe militar que encabezó Augusto Pinochet, “llegaron al salón con posterioridad al instante en que el presidente Allende se quita la vida” y subraya que “no hay ningún testigo que pueda avalar la tesis del enfrentamiento”.
También la sentencia, apoyada en las investigaciones que encabezó el juez Carroza, que incluyeron la exhumación del cuerpo de Allende desde el Cementerio General de Santiago, descarta la utilización de dos armas de fuego, como también sostuvieron quienes defienden la tesis del homicidio.
Concluye la resolución señalando que “los hechos que significaron la muerte del presidente Salvador Allende Gossens provienen de un acto deliberado en el que, voluntariamente éste se quita la vida y no hay intervención de terceros, ya sea para su cometido como para su auxilio”.
Los restos de Salvador Allende fueron exhumados en mayo de 2011 y tras diversos análisis, un equipo multidisciplinario de peritos concluyó dos meses después que la causa de muerte de Allende se debió a una “lesión perforante de la cabeza por proyectil de arma de fuego de alta velocidad a contacto”, lo que en medicina legal puede ser atribuible al suicidio.
El cuerpo de Allende volvió a recibir sepultura en una ceremonia privada celebrada en el mismo Cementerio General de Santiago el 9 de septiembre de 2011.