La secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena advirtió en Brasilia que el ciclo económico de América Latina está llegando a su límite y que ahora se requiere de Estados sólidos para evitar que se evaporen los progresos de la última década junto con elevadas tasas de inversión.
Bárcena participó en una reunión de responsables del área de planificación de los países de América Latina y el Caribe, a quienes alertó sobre la incertidumbre que vive la economía global, que en 2013 crecerá en torno al 3,1 % y en 2014 un 3,6 % según las previsiones.
Según la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), ese marco de crecimiento débil puede crear dificultades a las principales economías emergentes y, en especial, a todos los países de América Latina y el Caribe.
Vivimos un contexto de enorme dificultad, con un panorama muy complejo y con una lenta recuperación económica marcada por la incertidumbre, dijo Bárcena.
La funcionaria mexicana señaló que en la última década hubo muchos avances en América Latina y el Caribe, que se manifestaron sobre todo en términos de crecimiento económico, empleo, reducción de pobreza y desigualdad.
Pero apuntó que, aún así, América Latina sigue como la región con la mayor desigualdad del mundo y que su crecimiento depende de factores inestables, como las exportaciones de materias primas y el apetito del consumo interno.
Explicó que, aunque la economía de la región crece más que la media mundial, aún no basta para superar una deuda histórica impresionante, que se expresa en la peor distribución del ingreso del mundo, con muy bajas tasas de inversión y de ahorro.
Instó a elevar las tasas de inversión, que en promedio son del 22 % del PIB gracias a unos pocos países, como Brasil y Ecuador, pero que en otros no llegan al 15 %, cuando deberíamos tener una media regional del 30%.
Bárcena señaló que las regiones de Suramérica, América Central y el Caribe representan tres realidades diferentes, pero que todas son dependientes del consumo y de las exportaciones netas, lo cual genera una gran vulnerabilidad externa.
También alertó de que las exportaciones comienzan a contraerse en un escenario de tipos de cambio volátiles, por lo cual América Latina debe prepararse para un destino incierto.
Apuntó que la vulnerabilidad externa regional puede llegar incluso a mayores grados cuando se suspendan los incentivos a la economía de Estados Unidos o cuando se acabe lo que definió como ciclo del súper-flujo de materias primas.
Según Bárcena, el modelo latinoamericano, fundamentado en las exportaciones de materias primas y el consumo interno, está llegando a su límite y mientras tanto la estructura productiva no se ha modificado y persiste la baja productividad.
La funcionaria de la CEPAL previó que ese límite será marcado por el mercado internacional de materias primas y por el dinamismo del consumo interno, que se empieza a agotar.
Como alternativa, urgió a América Latina y el Caribe a consolidar Estados sólidos, a recuperar la planificación estratégica y a largo plazo, a mejorar sus niveles de productividad y a buscar una mayor inserción en la escena internacional.