Tras la confesión de un recluso chileno, se determinó que el tristemente célebre Primer Comando Capital (PCC) de Sao Paulo había ampliado sus operaciones, según se informó en Santiago. Allanamientos en centros penitenciarios de Brasil corroboraron aún más la noticia, ya que se detectaron comunicaciones entre ambos países.
Brasil ha apretado el cerco del Primer Comando de la Capital (PCC), el grupo criminal más poderoso de Brasil, cuyo máximo líder fue “aislado” esta semana en una prisión federal en un intento de las autoridades por debilitar su estructura. Un total de 22 líderes de primer y segundo escalón del PCC presos en São Paulo fueron trasladadas por las autoridades de regionales a tres prisiones federales del Brasil, una medida que “desestructura” al menos de forma momentánea la influyente organización.
Todo parecía un montaje para una película: decenas de hombres con armas de grueso calibre llegan a asaltar una empresa transportadora de valores en Paraguay, en una operación en la que echan mano de explosivos para volar una bóveda y llevarse un millonario botín aún no cuantificado.
La policía brasileña detectó conexiones entre el movimiento chiita libanés Hezbolá y la banda de criminales locales Primer Comando de la Capital (PCC), que actúa en presidios, informó el domingo el diario O Globo.