Todo parecía un montaje para una película: decenas de hombres con armas de grueso calibre llegan a asaltar una empresa transportadora de valores en Paraguay, en una operación en la que echan mano de explosivos para volar una bóveda y llevarse un millonario botín aún no cuantificado.
La escena, sin embargo, fue real. Las autoridades informaron que un policía murió, tres civiles resultaron heridos, más de una decena de vehículos fueron incendiados y una construcción quedó parcialmente destruida en el asalto la madrugada del lunes a la empresa multinacional Prosegur, en la localidad paraguaya de Ciudad del Este, en la frontera con Brasil.
También dijeron que en el ataque habrían participado entre 50 y 80 personas. El vocero de la policía del departamento de Alto Paraná, Aníbal Lima, sostuvo que se presume serían miembros de alguno de los principales grupos criminales brasileños: el Primer Comando Capital o el Comando Vermelho.
Se creía que los asaltantes habían huido a Brasil y horas después la policía federal brasileña reportó haber encontrado dos lanchas abandonadas con cargadores de fusiles AK-47, que se cree pudieron haber sido utilizados en el asalto.
Así fue que a poco de andar se toparon con unos doce asaltantes y hubo un intenso tiroteo resultando dos fugitivos muertos y dos heridos. Uno de los heridos posteriormente murió cuando era atendido.
Nunca escuché un asalto igual, admitió a la prensa el comandante de la Policía Nacional del Paraguay, Luis Rojas.
Este es el primer asalto en su tipo en Ciudad del Este, pero al menos el segundo contra Prosegur, que hace 16 años sufrió otro asalto, pero en el aeropuerto de la capital paraguaya. Entonces, un comando robó 11 millones de dólares.
El jefe de investigaciones de Ciudad del Este, Arsenio Correa, informó que el grupo de asalto tenía incluso francotiradores para proteger el escape. Mientras huían, añadió, quemaron más de 10 vehículos particulares, al parecer para distraer la atención de la policía.
Ciudad del Este, fronteriza con la brasileña Foz de Yguazú, es la segunda urbe más grande de Paraguay después de Asunción y concentra comercios de electrónicos, cigarrillos, perfumes y bebidas alcohólicas, entre otros productos, cuyos propietarios son en su mayoría inmigrantes sirios-libaneses.