El objetivo de toda esta campaña es evitar que sea candidato en las elecciones presidenciales de 2018, afirmó el ex mandatario Lula da Silva, luego que un juez lo acusara formalmente de corrupción. Lula fue procesado el viernes pasado acusado de obstrucción a la Justicia al intentar impedir la confesión de un ex-ejecutivo de Petrobras en el denominado escándalo del “Petrolao”.
El ex presidente brasileño Lula da Silva aceptó este miércoles ser el jefe del gabinete de la mandataria Dilma Rousseff, con quien acordó su incorporación al gobierno con amplios poderes. Su nombramiento, que además le garantizará fueros privilegiados en la causa por corrupción en Petrobras, fue criticado por la oposición.
La crisis brasileña ingresó en un impasse que le dio un respiro al gobierno, ante el cual la presidenta Dilma Rousseff y su antecesor y padrino político, Lula da Silva, tienden puentes hacia la oposición luego que el Supremo Tribunal Federal suspendió cautelarmente una iniciativa por de juicio político o “impeachment”.