El objetivo de toda esta campaña es evitar que sea candidato en las elecciones presidenciales de 2018, afirmó el ex mandatario Lula da Silva, luego que un juez lo acusara formalmente de corrupción. Lula fue procesado el viernes pasado acusado de obstrucción a la Justicia al intentar impedir la confesión de un ex-ejecutivo de Petrobras en el denominado escándalo del “Petrolao”.
”No era necesario, trataremos con otro candidato más calificado, estas provocaciones me hacen cosquillas”, ironizó el ex presidente. Lula está a la cabeza en las últimas encuestas para las presidenciales de 2018. Los abogados del líder histórico del PT (Partido de los Trabajadores) aseguran que el exjefe de Estado logrará demostrar su inocencia.
El juez federal de Brasilia Ricardo Soares Leite abrió un proceso contra Lula al hacer lugar a una denuncia de la Procuraduría que lo acusa de intentar silenciar a Néstor Cerveró, un ex ejecutivo de la petrolera estatal.
Esta es la primera vez que el ex mandatario y líder del Partido de los Trabajadores es procesado.
Mientras tanto continúan las investigaciones del Juez Sergio Moro, el famoso magistrado anticorrupción, que la semana pasada reiteró su intención de abrir una causa contra Lula. El ex gobernante se convirtió en reo de un proceso en el que también fue acusado el ex senador Delcidio de Amaral, quien fuera jefe de la bancada oficialista durante el gobierno de la presidenta suspendida Dilma Rousseff, también petista.
Lula y Amaral están sospechados de haber intentado convencer a Néstor Cerveró que desista de revelar ante el juez Moro la red de sobornos y contratos amañados montado en Petrobras.
El ex senador y ex miembro del PT Delicio Amaral fue grabado cuando ofrecía favores para que Cerveró mantuviera silencio. Finalmente Cerveró entregó la grabación a la Justicia y fue beneficiado con la “delación premiada” concedida por el juez Sergio Moro, de la primera instancia federal del estado sureño de Paraná.
La acusación que por primera vez convierte a Lula en reo de la Justicia fue aceptada un día después de que el ex presidente acudiera, a través de sus abogados, al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, con sede en Ginebra. Allí denunció que es víctima de una “persecución política y judicial” en Brasil.
Es la primera vez que el fundador del PT, y que fuera presidente de Brasil de 2003 a 2010, irá a juicio en relación al mega escándalo que defraudó a Petrobras durante una década, a un costo de más de 2.000 millones de dólares, para beneficiar a decenas de políticos, empresarios y funcionarios de la petrolera.
Lula, de 70 años, dejó la presidencia al final de 2010 con más de 80% de popularidad, aupado por sus programas sociales que sacaron a más de 40 millones de brasileños de la pobreza.
Su carisma fue clave para que Río de Janeiro fuera escogido en 2009 como la ciudad sede de los Juegos Olímpicos que comenzarán el viernes pero su legado ha sido ensombrecido por la gigantesca red de corrupción descubierta en Petrobras, a la cual estaban vinculados decenas de políticos de su partido.