Vos estis lux mundi (ustedes son la luz del mundo), es nombre con el que el Papa Francisco bautizó la norma que establece nuevos procedimiento para denunciar abusos y encubrimientos al interior de la Iglesia, como la obligación de los religiosos y religiosas a dar cuenta sobre cualquier indicio de aquello a la autoridad eclesial correspondiente.
La catedral de Notre Dame en París es uno de los mayores emblemas de la historia y de la cultura de Francia, y un símbolo de Europa. Es por eso que el incendio de grandes magnitudes que afectó el techo y destruyó una gran parte de la estructura generó un fuerte estupor y preocupación por el futuro del monumento histórico más visitado en el continente.
Nueve años después de que fuera presentado, el Senado de Chile aprobó este miércoles el proyecto de ley sobre imprescriptibilidad de delitos sexuales cometidos contra menores de edad. La moción, que fue impulsada el 2010 por los senadores Jaime Quintana, Ximena Rincón y los ex parlamentarios Patricio Walker y Fulvio Rossi, fue respaldada de forma unánime, con 35 votos a favor, 0 abstención y 0 en contra.
A días del comienzo de una cumbre inédita de religiosos de todo el mundo convocada por el Papa Francisco para tratar el escándalo de los abusos sexuales en la Iglesia, el Vaticano reveló que cuenta con reglas secretas para aquellos sacerdotes que pese a la obligación del celibato tienen hijos.
El Papa envió una carta a los católicos para expresar “vergüenza” y “arrepentimiento” por los casos de abusos y reconocer que la Iglesia no supo actuar ni reconocer la gravedad del daño que se causaba, tras el informe de Pensilvania. Francisco responde así con un inédito gesto, una carta enviada al Pueblo de Dios, al escalofriante informe revelado por la Corte Suprema de Pensilvania (EE.UU) que documenta 300 supuestos casos de “sacerdotes depredadores” sexuales en ese Estado y en el que identifica a 1.000 menores como víctimas desde 1940.
El cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, uno de los más cercanos a papa Francisco, desmintió las alegaciones de un semanario italiano según las cuales habría cobrado grandes sumas de dinero de una universidad católica. “El influyente cardenal Óscar Maradiaga, ferviente partidario de una Iglesia pobre (...) recibió durante años unos 35.000 Euros por mes” de una universidad católica, publicó la revista L’Espresso.