Las refacciones de seis de los doce estadios de fútbol en los que se jugaron los partidos del Mundial Brasil 2014, entre ellos el majestuoso Maracaná, están siendo investigadas en medio de una nueva ola de pesquisas por corrupción política que inició esta semana el Tribunal Superior de Justicia (TSJ), que tiene en la mira a casi 180 políticos, a partir de delaciones de la empresa Odebrecht.
La fiscalía Brasil acusó el miércoles al ex presidente Lula da Silva de ser el “comandante máximo” de la red de corrupción en Petrobras, una denuncia que cayó como una bomba en un país sacudido por las reiteradas convulsiones políticas.
La Fiscalía de Brasil acusó formalmente a cuatro ex-diputados, tres de ellos ya presos, y a nueve personas más por el caso de corrupción en Petrobras.
Fiscales brasileños acusaron formalmente el lunes al tesorero del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) y a otras 26 personas por actos de corrupción ligados a la compañía estatal Petrobras, en un nuevo golpe contra la presidenta.