Brasil no es un país cualquiera en el mundo del fútbol y no necesita pagar para ser sede de un mundial como el que organizó el año pasado, dijo la presidenta Dilma Rousseff en una entrevista publicada el lunes.
Uruguay negó la concesión de asilo político a tres activistas brasileños acusados de asociación ilícita por su participación en las protestas que sacudieron Brasil el año pasado y que esperaban desde el lunes una respuesta.
Los argentinos que cruzaron por tierra a Brasil para ver el Mundial acumularon más de un millón de dólares en multas de tránsito tan solo en Paraná, informó un portavoz de la Policía de carreteras de ese estado fronterizo del sur brasileño.
“La danza del gaucho” protagonizada por Mario Götze, Miroslav Klose y Toni Kroos ante la multitud que los aclamó esta semana en Berlín de regreso de Brasil ha sido duramente criticada en la prensa alemana.
Las celebraciones por la conquista de la cuarta Copa Mundial de fútbol por parte de Alemania despertaron violencia y expresiones de racismo, que provocaron la muerte de un joven, en tanto una mujer está en grave estado por un disparo durante una caravana.
Luego de que dirigentes de la Asociación del Fútbol Argentino quedaran en la mira por sospecharse que participaron de una red de reventa de entradas, desde la propia AFA aseguraron que vendieron 175 entradas para la final al precio oficial. En su versión, aseguraron que se trató de una práctica completamente legal.
La presidenta de Brasil Dilma Rousseff se sintió complacida que fue un Mundial pacífico, contrariamente a lo anticipado, aunque reconoció sentirse golpeada por la histórica goleada que le propinó el conjunto germano en la semifinal, nunca en mis peores pesadillas podía pensar en ese resultado.
La debacle de Brasil ante la selección de Alemania podría haber sido aún más catastrófica. El equipo de Joachim Löw le ganó 7-1 al anfitrión en las semifinales del Mundial Brasil 2014, pero la goleada hubiera sido mayor, de no ser por el pacto que acordaron los propios futbolistas germanos.
Varios sitios chinos de venta por internet ofrecen desde hace unos días abrebotellas con la efigie del futbolista uruguayo Luis Suárez, que causó escándalo al morder a un rival en un partido del Mundial de Brasil.
La presidenta de Brasil Dilma Rousseff, dijo que el próximo domingo estará en el estadio Maracaná, de Río de Janeiro, para entregar la copa al campeón del Mundial y que espera que el favorecido pueda ser la selección Canarinha.