Mientras las autoridades brasileñas se preparan para la próxima cumbre climática COP30 en Belém, en noviembre, la construcción de una nueva autopista de cuatro carriles, la Avenida Liberdade, que atraviesa la selva amazónica protegida, ha generado controversia. La estructura busca facilitar el tránsito para los 50.000 asistentes al evento, incluidos varios líderes mundiales. Sin embargo, ha provocado una deforestación significativa, fragmentando los ecosistemas e interrumpiendo el movimiento de la fauna a lo largo de sus 13 kilómetros.
Brasil publicó esta semana una carta firmada por el embajador André Correa do Lago y Ana Toni, presidente y directora ejecutiva de la 30.ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), en la que se revela la visión del país sudamericano para la próxima reunión en Belém.