Aún se necesitan reparaciones más permanentes en la calle de rodaje y la pista El Aeroparque Jorge Newbery de Buenos Aires, el aeropuerto más transitado de Argentina y la única terminal comercial dentro de la capital del país, se vio obligado a suspender todas sus operaciones durante casi tres horas el sábado, debido a una intensa ola de calor y una consiguiente falla de infraestructura.
El cierre comenzó alrededor de las 2 pm cuando las temperaturas en Buenos Aires superaron los 35°C (95°F). Las autoridades detectaron desprendimientos de asfalto y grietas cerca del extremo sur de la pista.
Aunque los daños se localizaron en una zona periférica, las autoridades temían que la alta potencia de los motores utilizados durante el despegue pudiera absorber residuos sueltos hacia las turbinas de la aeronave, lo que podría causar una falla catastrófica del motor.
Los técnicos tuvieron que esperar los materiales antes de realizar reparaciones de emergencia, un proceso que se complicó por las recientes lluvias y el calor extremo. El cierre desencadenó un enorme efecto dominó, con al menos 12 vuelos entrantes desviados al Aeropuerto Internacional de Ezeiza, que no se encuentra dentro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
Además, más de 50 vuelos sufrieron retrasos significativos. Entre las principales aerolíneas afectadas se encuentran Aerolíneas Argentinas, JetSMART, Flybondi y Latam Airlines. Por su parte, vuelos regionales desde São Paulo, Lima, Florianópolis y Río de Janeiro a Aeroparque se retrasaron hasta altas horas de la noche.
El incidente ocurrió durante un período de actividad récord en Aeroparque. Para noviembre de 2025, el aeropuerto ya había atendido a 16,3 millones de pasajeros, un aumento del 20% con respecto al año anterior.
Aeropuertos Argentina advirtió que, si bien las operaciones se reanudaron, los retrasos temporales persistirían durante el fin de semana. Además, aún se requieren reparaciones permanentes, con un cierre más completo.
El aeropuerto se reportó abierto y operativo la madrugada del lunes. La mayoría de los vuelos salió con un retraso de 30 a 45 minutos respecto a su hora programada.