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Argentina refuerza controles fronterizos contra pandilleros brasileños

Viernes, 31 de octubre de 2025 - 10:12 UTC
Integrantes de la Policía de Río de Janeiro trasladan a un grupo de personas durante un operativo. Antonio Lacerda/EFE Integrantes de la Policía de Río de Janeiro trasladan a un grupo de personas durante un operativo. Antonio Lacerda/EFE

Las autoridades argentinas han reforzado la seguridad en la frontera con Brasil, ante la posibilidad de que pandilleros, acosados por las fuerzas del orden locales, intenten escapar por alguno de los pasos fronterizos, tras la sangrienta redada de esta semana en dos favelas de Río de Janeiro.

Se han desplegado tropas en la zona fronteriza con Brasil, concretamente en la provincia de Misiones, tras un repunte sin precedentes de la violencia en Río de Janeiro. Esta medida responde directamente al temor de que poderosas organizaciones brasileñas de narcotráfico, en particular el Comando Vermelho (CV), intenten cruzar a territorio argentino.

El ministro de Defensa, Luis Petri, confirmó la medida este jueves, declarando: “Vamos a reforzar la Operación Roca en Misiones”. Explicó que la decisión se debe a los “sucesos públicos y notorios en Brasil”, que describió como actos en los que participan “narcoterroristas con armamento militar”.

“Vamos a enviar equipos de control y vigilancia del Ejército Argentino a Misiones para reforzar la frontera con Brasil, que es de vital importancia para nosotros. Es fundamental que las Fuerzas Armadas defiendan a los argentinos en la frontera”, declaró Petri.

La acción del gobierno se produce tras la operación policial más sangrienta de la historia reciente de Brasil, llevada a cabo esta semana en los complejos Alemão y Penha, en Río de Janeiro. La ofensiva, dirigida contra el Comando Vermelho —considerado el grupo criminal más poderoso del estado—, dejó alrededor de 120 muertos, entre ellos cuatro policías, y más de cien detenidos.

El despliegue de 2.500 agentes provocó intensos enfrentamientos armados y bloqueos urbanos, generando repercusiones internacionales y exigencias de investigación por parte de organizaciones de derechos humanos.

En Argentina, la atención se centra en el posible desplazamiento de miembros del CV a través de la porosa frontera que comparten Misiones, Brasil y Paraguay. Entre los fugitivos se encuentra Edgar Alves Andrade, alias “Doca da Penha” o “Urso”, un líder clave del CV cuya captura era un objetivo primordial de la operación brasileña. Se desconoce su paradero actual.

El refuerzo de la Operación Roca, marco operativo para combatir la delincuencia transnacional como el contrabando y el narcotráfico, incluirá equipos de vigilancia terrestre, drones y vehículos del Ejército. Estas acciones se coordinarán directamente con la Gendarmería Nacional y el Ministerio de Seguridad para intensificar los controles y patrullajes en los pasos fronterizos y en zonas montañosas.

Petri enfatizó que la medida es una “acción preventiva y de apoyo a las fuerzas de seguridad en defensa de la soberanía y la seguridad interna en las fronteras”, no una “militarización”.

El despliegue coincide con la publicación de un documento gubernamental confidencial que confirma la presencia de presuntos miembros de organizaciones brasileñas de narcotráfico en Argentina. El informe señala las intenciones del crimen organizado brasileño, incluyendo el Comando Vermelho (CV) y el Primeiro Comando da Capital (PCC), de expandir su dominio territorial en la región.

El texto menciona a 28 personas presuntamente vinculadas a organizaciones brasileñas de narcotráfico en Argentina; 14 de ellas se encuentran actualmente en prisiones federales, mientras que las otras 14 permanecen prófugas. Según informes, las tácticas de expansión del PCC incluyen un ritual de iniciación conocido como “bautismo”, y se detectó la radicalización del grupo en prisiones de Santa Fe y Chaco.

El informe también incluye a varios detenidos, entre ellos Adriano Giménez Morales y Jonathan Renato Gonçalves, ambos recluidos en la Colonia Penal de Candelaria, y señala que muchos de los miembros identificados portan tatuajes distintivos asociados con el PCC y las facciones del Comando Vermelho. Sus antecedentes penales incluyen narcotráfico, asesinatos por encargo y homicidio.