El gobierno estadounidense del presidente republicano Donald Trump revocó la visa del ministro de Justicia brasileño, Ricardo Lewandowski. El mandatario sudamericano, Luiz Inácio Lula da Silva, calificó la medida de irresponsable e inaceptable.
Este fue el último episodio de una serie de tensiones diplomáticas entre ambos países, derivadas de la respuesta de Washington al procesamiento del expresidente brasileño Jair Bolsonaro por presunta conspiración golpista.
El gobierno de Trump también ha sancionado a otros altos funcionarios brasileños, incluidos jueces de la Superior Tribunal Federal (STF), revocando sus visas y congelando sus activos en Estados Unidos.
Además, Trump ha impuesto aranceles punitivos a productos brasileños, alegando una cacería de brujas contra su aliado Bolsonaro.
Lula expresó su solidaridad con Lewandowski y declaró que las acciones eran vergonzosas para Estados Unidos. Añadió que Brasil no aceptará ser tratado como un subordinado por ningún país. Estamos dispuestos a sentarnos a la mesa en igualdad de condiciones. Lo que no estamos dispuestos es a que nos traten como si fuéramos subordinados. No aceptamos eso de nadie, insistió, al tiempo que obligó a los miembros del gabinete a lucir una gorra con la leyenda Brasil es de los brasileños.
Quería expresar a mi colega Lewandowski mi solidaridad y la solidaridad del gobierno ante el gesto irresponsable de Estados Unidos de revocarle la visa, declaró Lula.
Estas actitudes son inaceptables, no solo contra el ministro, sino contra todos los ministros del Tribunal Supremo, contra cualquier personalidad brasileña, añadió.
El gobierno de Trump también suspendió la visa del juez del STF Alexandre De Moraes, quien está a cargo del juicio de Bolsonaro, y aplicó la llamada Ley Magnitsky, un instrumento para sancionar económicamente a presuntos violadores de derechos humanos extranjeros.
A finales de julio, Washington bloqueó todos los activos y propiedades de De Moraes en Estados Unidos. También revocó las visas de otros jueces del STF, del que Lewandowski fue juez hasta que cumplió la edad límite de 70 años, por lo que Lula lo permutó con Flávio Dino.
Bolsonaro, quien se encuentra bajo arresto domiciliario preventivo, enfrenta hasta 40 años de prisión si es declarado culpable.