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Eduardo Bolsonaro no se diferencia de los perpetradores del 8 de enero, dice De Moraes

Sábado, 2 de agosto de 2025 - 10:39 UTC

El juez Alexandre De Moraes del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil comparó las acciones del congresista Eduardo Bolsonaro en Estados Unidos con el intento de golpe de Estado del 8 de enero de 2023, presuntamente orquestado por su padre. El magistrado criticó los acuerdos del legislador con la Casa Blanca para debilitarlo y obtener la amnistía del expresidente Jair Bolsonaro.

“El modus operandi del golpe es el mismo. Antes, había campamentos frente a los cuarteles y una invasión de la Plaza de los Tres Poderes. Para que, como confesaron más de 500 acusados, se llamara a la GLO [Garantía de la Ley y el Orden] y a las Fuerzas Armadas, generando conmoción nacional y la posibilidad de un golpe”, declaró De Moraes este viernes en la sesión inaugural del Supremo Tribunal Federal (STF) tras el receso invernal.

“El modus operandi es el mismo. Se fomenta la tributación en Brasil, se fomenta la crisis económica, que genera una crisis social, que a su vez genera una crisis política. De modo que se genera de nuevo inestabilidad social y la posibilidad de un nuevo intento de golpe”, añadió.

La sesión inaugural del viernes por la mañana estuvo marcada por la primera declaración conjunta de los jueces del Tribunal después de que el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump anunciara sanciones financieras contra De Moraes y formalizara la aplicación de aranceles del 50% a diversos productos que Brasil comercia con Estados Unidos. Tan pronto como Trump anunció los aranceles contra Brasil a principios de julio, Eduardo Bolsonaro agradeció al presidente estadounidense. En una carta dirigida al gobierno brasileño en ese momento, Trump vinculó la aplicación de los aranceles con el proceso contra Jair Bolsonaro por intento de golpe de Estado.

Además de De Moraes, intervino el presidente del Tribunal Supremo, Luís Roberto Barroso, el juez Gilmar Mendes; el fiscal general de la República, Paulo Gonet; y el fiscal general de la Unión, Jorge Messias.

En varias ocasiones, De Moraes calificó de “traidores a la patria” a quienes articulan medidas perjudiciales para la economía brasileña con el gobierno estadounidense, pero no mencionó a Eduardo Bolsonaro ni a ningún otro aliado del expresidente por su nombre. También afirmó que la conducta observada actualmente es común entre “milicianos del submundo criminal”. Estos acusados, que están siendo investigados, no solo amenazan y coaccionan a las autoridades públicas, sino que también —y lo hacen a diario en redes sociales— amenazan a las familias de los magistrados del Tribunal Supremo y al fiscal general, en una actitud comúnmente asociada con milicias del submundo criminal que atacan a las autoridades y a sus familias.

Según De Moraes, las acciones de estos individuos, en colaboración con la administración de Donald Trump, constituyen “actos claros y explícitos de traición a Brasil y confesiones flagrantes de actos criminales”. A continuación, describió los delitos que presuntamente cometían: coacción en el curso del proceso, obstrucción a la investigación de delitos que involucran a organizaciones criminales y atentados contra la soberanía nacional.

Sin mencionar nombres, el juez también afirmó que las acciones de personas vinculadas a Jair Bolsonaro buscan una “destitución tiránica para beneficiar a ciertas personas que se creen por encima de la Constitución, la ley y las instituciones”. El jueves, la Asociación Brasileña de Juristas por la Democracia (ABJD) presentó una demanda ante el STF, argumentando que ya existían pruebas materiales e indicios sólidos de que Eduardo Bolsonaro había cometido delitos, entre ellos la obstrucción de una investigación sobre una organización criminal y el intento de derrocamiento violento del Estado de derecho democrático.

El documento señala que el congresista está liderando una represalia contra las investigaciones dirigidas a su padre, Jair Bolsonaro, acusado de liderar una organización criminal dedicada a perturbar el orden democrático. Las acciones del congresista buscan socavar la soberanía de Brasil interfiriendo en el juicio por el intento de golpe de Estado, en el que Jair Bolsonaro está acusado, e incluso buscando sanciones contra las autoridades brasileñas.

En marzo de este año, Eduardo se ausentó de su mandato parlamentario y se trasladó a Estados Unidos, alegando persecución política. Su licencia finalizó el 20 de julio.

A pesar de las amplias repercusiones, no se espera que la aplicación de sanciones financieras contra Alexandre De Moraes tenga el impacto esperado por la administración Trump y los aliados del expresidente Jair Bolsonaro. (Fuente: Agencia Brasil)

Categorías: Política, Brasil.