Standard & Poor's (S&P) rebajó la calificación crediticia de largo plazo de Bolivia de 'CCC+' a 'CCC-' con perspectiva negativa. Esta decisión se debió al aumento de los costos del servicio de la deuda y al deterioro del perfil financiero externo, lo que podría dificultar el acceso al financiamiento del país sudamericano y potencialmente obstaculizar su capacidad de pago en los próximos meses.
S&P destacó que la paralización política y el acceso limitado a los mercados externos de bonos impidieron que Bolivia mejorara su liquidez externa y su posición fiscal, lo que plantea riesgos para la estabilidad económica y monetaria. También advirtió que las disputas políticas en curso, especialmente con las próximas elecciones, probablemente limitarán la capacidad del gobierno para abordar problemas macroeconómicos como la creciente brecha cambiaria paralela y el aumento de la inflación.
Esta rebaja refuerza las preocupaciones sobre la capacidad de Bolivia para cumplir con sus obligaciones financieras y se complica aún más por su inclusión en la lista gris del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), lo que podría aislarla aún más del sistema financiero global. S&P indicó que podría producirse otra rebaja en los próximos seis a doce meses si aumentan los riesgos de incumplimiento del servicio de la deuda, incluso considerando el canje o la reestructuración de la deuda como un posible equivalente de incumplimiento.
Sin embargo, la calificación podría subir si el gobierno boliviano implementa políticas decisivas para fortalecer la liquidez externa y lograr un perfil fiscal más sostenible. Abordar el deterioro de los desequilibrios macroeconómicos sería un primer paso para mejorar la confianza de los inversores y obtener un mejor acceso a los mercados de deuda externa, señaló S&P.
Otras agencias como Moody's y Fitch Ratings también han rebajado recientemente la calificación de Bolivia, coincidiendo todas en los persistentes riesgos de incumplimiento y una crisis de balanza de pagos debido a los indicadores económicos negativos y la significativa incertidumbre política y social.
Para agravar los problemas económicos de Bolivia, la inflación se disparó al 5,21 % en junio, marcando el mayor incremento mensual de los últimos años. Esto eleva la inflación acumulada para el primer semestre de 2025 a un asombroso 15,53 %, más del doble de la previsión anual del gobierno del 7,5 %. Mientras tanto, la inflación interanual se situó en el 24%.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) atribuyó este resultado a los bloqueos de carreteras organizados por los partidarios del expresidente Evo Morales en protesta por su inelegibilidad para las próximas elecciones.
El director del INE, Humberto Arandia, reconoció el grave impacto de estos bloqueos en el costo de la vida, en particular en los precios de los alimentos. Se negó a proyectar la inflación de fin de año.