El presidente argentino, Javier Milei, se prepara para ser anfitrión de la Cumbre del Mercado Común Sudamericano (Mercosur) este miércoles y jueves en Buenos Aires, donde recibirá a su colega brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, con quien no se lleva bien tras haberlo insultado durante la campaña electoral de 2023.
También asistirán al evento el paraguayo Santiago Peña, el uruguayo Yamandú Orsi, el boliviano Luis Arce Catacora y, posiblemente, el chileno Gabriel Boric Font.
El evento, que se celebrará en el Palacio San Martín (sede de la Cancillería argentina), busca profundizar la integración regional, reducir las asimetrías económicas y negociar nuevos acuerdos comerciales.
En un contexto regional complejo, la administración de Milei ha priorizado un marco flexible para el Mercosur que facilite los acuerdos comerciales bilaterales, en particular con Estados Unidos, al tiempo que critica los mecanismos internos que limitan la competitividad. Las tensiones son notables, especialmente con Lula, a quien Milei ha calificado de comunista y corrupto, lo que ha tensado las relaciones entre Argentina y Brasil.
El uruguayo Orsi busca una visión más inclusiva del Mercosur. La cumbre se celebra en un contexto de cambios geopolíticos globales, con el bloque buscando abordar los desafíos de competitividad, inversión y comercio. El enfoque de Milei y las reuniones bilaterales definirán el rumbo futuro del bloque.
Durante los primeros seis meses de Milei en el cargo, el Mercosur no ocupó un lugar destacado en la política exterior argentina. El gobierno libertario ha promovido una visión más flexible del bloque, orientada a impulsar acuerdos bilaterales de libre comercio, especialmente con Estados Unidos, una de las prioridades estratégicas de la actual administración. Desde que asumió la presidencia pro tempore del Mercosur, Argentina ha impulsado la revisión de los mecanismos internos que, en opinión del partido gobernante, limitan la competitividad regional y restringen las negociaciones multilaterales.
Además, la presencia de Lula da Silva en Buenos Aires, en medio del estancamiento diplomático entre las dos potencias sudamericanas, cobrará protagonismo, sobre todo porque anunció su intención de visitar a la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner (CFK), quien actualmente cumple una condena de seis años de prisión por corrupción bajo la modalidad de arresto domiciliario.
El evento también servirá como una oportunidad para que Milei defina con mayor claridad su visión sobre los socios regionales. El tono del discurso inaugural, las reuniones bilaterales y la declaración final de la cumbre serán clave para calibrar la temperatura política del Mercosur en esta nueva etapa, ya que el peronismo entra en una fase de definiciones electorales en un clima de desconfianza, de cara a las elecciones parlamentarias del 26 de octubre.