La muerte, ocurrida la semana pasada en Ezpeleta, en las afueras del sur de Buenos Aires, del albañil boliviano de 36 años Richard Flores Mercado ha desatado una controversia diplomática entre ambos países, ya que las circunstancias del caso apuntarían a un delito de odio por razón de nacionalidad.
Conduciendo bajo los efectos del alcohol, Flores estrelló su vehículo contra una acera, impactando un cartel y cajas de frutería, lo que provocó un enfrentamiento con vecinos y comerciantes que profirieron expresiones xenófobas contra él en una escena que se viralizó en video.
Flores fue golpeado por enardecidos vecinos que lo dejaron inconsciente. Posteriormente, se marchó por su propia cuenta, pero fue encontrado muerto en su casa colgado de un cable. La autopsia mencionó asfixia mecánica e insuficiencia respiratoria aguda. La policía resaltó su historial de adicción al alcohol. Estaba colgado del cuello con un cable y el otro extremo de unas rejas, sin signos vitales, informaron también.
La Embajada de Bolivia afirmó que la muerte de Flores Mercado se produjo en circunstancias xenófobas y exigió una investigación exhaustiva y transparente para esclarecer este suceso, sancionar a los responsables y adoptar medidas preventivas.
Además, la comunidad boliviana realizó protestas denunciando racismo. Líderes comunitarios como Iber Mamani destacaron el papel del discurso de odio en el fomento de dicha violencia.
El gobierno boliviano está brindando asistencia a la familia de la víctima a través de su Viceconsulado en La Plata.
Lo que sabemos es que habría tenido un incidente con su vehículo, luego habría sufrido algunas agresiones que se ven en los videos que han circulado en redes sociales y habría fallecido en circunstancias que deben ser esclarecidas, declaró el viceministro boliviano de Gestión Consular, Fernando Pérez, sobre los sucesos del 3 de mayo.