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Uruguay efectúa pago a astillero español por construcción de dos OPVs

Viernes, 17 de enero de 2025 - 21:05 UTC
El acuerdo por las OPV con Cardama ha tenido sus altibajos pero ahora parece haber avanzado a la siguiente etapa El acuerdo por las OPV con Cardama ha tenido sus altibajos pero ahora parece haber avanzado a la siguiente etapa

El Gobierno uruguayo realizó esta semana el pago de 8,4 millones de dólares al astillero español Cardama como primera cuota para la construcción de dos nuevos patrulleros oceánicos (OPV) acordada en julio del año pasado. Desde entonces, el proceso ha sido cuestionado e incluso un almirante de la Armada uruguaya se retiró del servicio activo en medio de la polémica.

El ministro de Defensa, Armando Castaingdebat, insistió en que las nuevas unidades “dotarían a Uruguay de recursos para enfrentar los desafíos que ambos [países: Argentina y Uruguay] tenemos, especialmente los relacionados con el narcotráfico, el tráfico ilícito, la trata de personas, y creo que también tenemos mucho que hacer juntos en las fronteras de nuestros países”.

En cuanto a las dudas sobre la capacidad de Cardama para completar el trabajo, Castaingdebat dio a entender que esa cuestión ya estaba resuelta. El acuerdo total con Cardama asciende a 82 millones de euros, según se informó en Montevideo. Los buques fueron adquiridos con fondos reservados de la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND) y Rentas Generales.

Los nuevos buques, con capacidad para unos 80 tripulantes, tendrán un desplazamiento de 1.700 toneladas, 86,75 metros de eslora, 12,20 metros de manga y un calado de 3,60 metros, lo que les permitirá alcanzar una velocidad máxima de 24 nudos. Su armamento estará compuesto por un cañón de proa de 30 mm y ametralladoras de 12,7 mm como armas de apoyo.

También contarán con una plataforma de popa para operar un helicóptero de tamaño medio, junto al hangar. Según el Jefe de Estado Mayor de la Armada uruguaya, Almirante Jorge Wilson Menéndez, estas unidades podrán utilizar el helicóptero “ampliando así su radio de detección mediante el uso del radar de búsqueda en superficie que posee la aeronave más allá del radar que posee el buque”. Los OPV dispondrán también de una rampa de popa para el despliegue de dos lanchas neumáticas rígidas (RHIB) de interceptación.

Uruguay eligió Cardama porque, según se informó, cumplía con los requisitos establecidos por la propia Armada Nacional, como la necesidad de armamento, un helipuerto, así como otras condiciones para el cumplimiento de la misión de cuidado de los recursos naturales y la represión de la pesca ilegal. La oferta del astillero español fue la de menor coste, de un total de ocho ofertas internacionales. También era la que ofrecía el plazo de entrega más rápido en comparación con sus competidores.

Sin embargo, en el segundo semestre de 2024, el almirante de la Armada uruguaya Gustavo Musso solicitó ser relevado del servicio activo por la compra de los OPV a Cardama por 92 millones de dólares. Musso, que había insistido en que esta empresa no tenía experiencia en la construcción de este tipo de unidades y había recomendado otra en su lugar, presentó su renuncia al almirante Wilson.

Además, la Comisión de Defensa del Senado uruguayo recibió una carta de China's Shipbuilding Trade (CTSC), que había participado en el proceso de licitación y cuestionado el llamado final de Montevideo. Una licitación en 2021 fue declarada desierta porque todas las propuestas superaban el presupuesto del Ministerio de Defensa, de 120 millones de dólares. La de China era la más barata, con 168 millones de dólares. Cuando se hizo una nueva convocatoria, China bajó su precio y se puso a disposición para negociar.

Musso, que tenía previsto jubilarse en seis meses, redactó en mayo un informe en el que concluía que la mejor oferta era la del astillero español Godan, seguido de los astilleros Cotecmar, de Colombia, y Kership, de Francia, la surcoreana Hyundai y después Cardama. El 17 de julio, el entonces ministro de Defensa, Javier García, anunció que Cardama había sido seleccionada en una decisión avalada por “el comité asesor designado por el MDN” y con “el asesoramiento de la Armada Nacional”.

CTSC argumentó que los pliegos “nunca estuvieron definidos” en la segunda licitación. “Pasamos de un documento de 89 páginas con requisitos, garantías, factores de ponderación, puntajes de evaluación, etc., a recibir los requisitos por teléfono o en una nota de menos de media página”. La empresa insistió en que había enviado una segunda oferta de acuerdo con el presupuesto disponible.

La entonces senadora del Frente Amplio Sandra Lazo insistió reiteradamente en que Uruguay debía retirarse del acuerdo con Cardama, una empresa que corría riesgo de quiebra. “Se presentaron comisiones de transparencia y seguimiento, que quedaron en el camino porque muchas veces la prensa tenía más información de la que se daba en esos ámbitos que se anunciaban con bombos y platillos”, señaló Lazo. “Volvamos a barajar y a repartir”, añadió pese a admitir que las OPV eran necesarias.

En ese momento, el expresidente José Pepe Mujica insistió en que “no se puede ignorar el mercado chino” y dijo que la decisión del Gobierno uruguayo de elegir a Cardama fue “un error diplomático” porque los chinos “toman nota de todo, son prolijos; ir a hablar con un diplomático chino es saber que hay tres o cuatro personas que están escuchando allá y tomando nota de todo, hasta del último detalle. Los chinos envían embajadores que hablan español y que se formaron previamente en universidades latinoamericanas. No improvisan nada. No son como los americanos que nos envían un embajador que no habla una palabra de español. “Ellos no cometen esos errores”. Por eso, era necesario pedir disculpas a China, argumentó Mujica.

Categorías: Política, Uruguay.