Las autoridades cubanas comenzaron a liberar presos este miércoles tras la decisión adoptada el martes por el gobierno saliente del presidente estadounidense Joseph Biden de retirar a la isla caribeña de la lista de naciones patrocinadoras del terrorismo. La Habana también dijo que, en virtud de un acuerdo negociado por el Vaticano, liberaría hasta 553 detenidos, incluidos algunos por participar en manifestaciones antigubernamentales. Mientras tanto, varios políticos republicanos esperan devolver a Cuba a esa infame categoría tras la toma de posesión de Donald Trump el 20 de enero.
El miércoles por la mañana, los familiares y amigos de una docena de presos anunciaron su liberación en las redes sociales. La mayoría habían sido encarcelados tras las protestas antigubernamentales del 11 de julio de 2021 por los recurrentes cortes de electricidad y el aumento de los precios de los alimentos. Unas 500 personas fueron condenadas a penas de hasta 25 años de prisión por participar en las manifestaciones, pero grupos de derechos humanos y la embajada de EE.UU. en La Habana afirman que la cifra se aproxima más a las 1.000 personas. La administración de Biden reabrió la embajada de EE.UU. en La Habana a los servicios consulares en 2023.
Recibimos una llamada ayer por la tarde para ir a la prisión hoy, dijo Rosabel Loreto a la AFP tras su liberación. También dijo que su suegra, Donaida Pérez Paseiro, había sido liberada de una cárcel en la provincia central de Villa Clara. Por su parte, la ONG Justicia 11J, con sede en México y que lleva el nombre de la fecha de las protestas de 2021, anunció en X la liberación de otro detenido.
Cuba acogió con satisfacción el anuncio de Washington el martes como un paso en la dirección correcta, pero lamentó estar todavía bajo el embargo comercial de EE.UU. desde 1962, subrayó el canciller Bruno Rodríguez.
Cuba nunca debió haber sido incluida en una lista tan arbitraria de Estados patrocinadores del terrorismo, escribió en X. “Esa fue una designación arbitraria y políticamente motivada con un impacto muy severo en la población cubana, dañando la economía, causando escasez y alentando la emigración a EE.UU.”, añadió. El embargo comercial estadounidense contra Cuba está en vigor desde 1962.
Se mantiene la persecución a los suministros de combustible, a los programas de cooperación médica, a las transacciones financieras y comerciales, al turismo, a los viajes de ciudadanos estadounidenses y a todo lo que represente una fuente de ingresos para nuestra población, prosiguió Rodríguez.
El senador republicano Ted Cruz, cuyo padre era cubano, prometió trabajar con la administración entrante de Trump para reimponer la etiqueta de patrocinador estatal del terrorismo. Los funcionarios Obama-Biden continúan su legado de cerrar administraciones con un apaciguamiento de rango del régimen cubano, subrayó. Impulsan estas políticas tanto porque creen en ellas como para socavar a la administración entrante de Trump y al Congreso republicano. Cruz también advirtió que cualquier suavización de la postura estadounidense hacia la isla arriesgaba un daño increíble a la seguridad nacional estadounidense.
Mientras, el senador Rick Scott dijo que la medida era el regalo de despedida de Biden a dictadores y terroristas de todo el mundo.
El Gobierno de Cuba ha dado garantías de que no apoyará actos de terrorismo internacional en el futuro, dijo la Casa Blanca en un comunicado.
Según fuentes no corroboradas, la Administración Biden estuvo en contacto con el equipo entrante de Trump mientras planeaba esta decisión respecto a Cuba, que había sido añadida a la lista en enero de 2021, durante los últimos días de Trump en su primer mandato.