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Brasil tiene su propio espacio en la COP29 en Bakú, Azerbaiyán
La COP29 de este año se centrará en la financiación para hacer frente al cambio climático Al iniciarse la Conferencia de las Partes 29 (COP29) en Bakú, Azerbaiyán, esta semana, Brasil asumió una posición de liderazgo en el evento al abrir su espacio Caminos hacia la Transformación Ecológica para discutir las iniciativas del país sudamericano para enfrentar el cambio climático, informó la Agencia Brasil.
“Tenemos la selva tropical más grande del mundo, tenemos la electricidad más limpia del mundo - el 85% es hidráulica, solar, eléctrica, biomasa - tenemos biodiesel, el mejor del mundo - solía ser el 10% [porcentaje mezclado con gasolina], el presidente Lula lo elevó al 12%, 14% y el año que viene pasará al 15%, así como la ley sobre el combustible del futuro”, dijo el vicepresidente Geraldo Alckmin, quien encabezó la delegación de su país.
También destacó la regulación del mercado de carbono en el Congreso Nacional, la reducción de la deforestación para llevar al país a cero y la entrega de la Contribución Nacionalmente Determinada (CND). ”Vamos a pasar de 2.200 millones de toneladas equivalentes de CO₂ a un objetivo de 850 millones de toneladas equivalentes de CO₂ para 2035”, prosiguió.
La ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático, Marina Silva, señaló que las acciones que se discuten en la reunión de Bakú llevarán a Brasil a ser sede de la COP de implementación (COP30). “¿Cuál es el indicador de éxito de esta COP29, más allá de los muchos temas que se están discutiendo aquí? Seguramente son los mecanismos de financiamiento, sin los cuales lo que anunciemos serán solo palabras”, dijo mientras los asistentes de este año planean concentrarse en reunir fondos.
Según Silva, el financiamiento climático es lo que permitirá acciones de adaptación y mitigación y la transformación de los modelos de desarrollo. Este camino ya está trazado con las políticas públicas para enfrentar los incendios, la implementación del Plan Clima, el Pacto para la Transformación Ecológica y los resultados alcanzados por el actual gobierno. “No queremos conformarnos con los datos que hemos logrado, queremos que Brasil sea la dirección de la prosperidad, pero, como dice el presidente Lula, con una lucha contra la desigualdad, la prosperidad, la protección de la biodiversidad y los pueblos indígenas, la prosperidad para que nuestro país pueda ser democrático y sostenible, dialogando con todos los sectores”, insistió.
En cuanto a la ambición de Brasil de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, la ministra destacó la importancia de Brasil a nivel mundial en estos temas. “Tracemos el camino hacia la transición, el fin del uso de combustibles fósiles, el fin de la deforestación y para que nadie se quede atrás”, subrayó.
Durante la ceremonia de apertura de la COP29, el ministro de Ecología de Azerbaiyán, Mukhtar Babayev, asumió la presidencia de manos del sultán Al Jaber, quien presidió la conferencia anterior en Emiratos Árabes Unidos en 2023. “Al movilizar el financiamiento climático, permitimos grandes ambiciones. Y cuando, juntos, mostramos signos de mayor ambición, creamos la confianza para desbloquear mayores compromisos financieros”, dijo Babayev. “El cambio climático ya está aquí, desde las casas inundadas en España hasta los incendios forestales en Australia, desde el aumento de los océanos en el Pacífico hasta las llanuras áridas en el este de África. Ya sea que los veamos o no, la gente está sufriendo en las sombras. Están muriendo en la oscuridad. Y necesitan más que compasión, más que oraciones y burocracia. Están rogando por liderazgo y acción”, advirtió.
“Están esperando que mostremos liderazgo y no pueden permitirse el costo de la demora. Así que aumentemos la ambición y permitamos la acción. Avancemos en solidaridad por un mundo verde. Y manos a la obra”, prosiguió.
El evento de dos semanas se centrará en la recaudación de fondos de los países más ricos a los menos desarrollados para ayudarlos a luchar contra el cambio climático y mitigar las emisiones de gases. Hasta ahora, el compromiso anual de US$ 100.000 millones (prometido en la COP15 de Copenhague) se considera insuficiente. Sin embargo, no hay consenso sobre el monto exacto o sobre qué fórmulas deben usarse para aumentar la financiación.
