La líder opositora venezolana María Corina Machado ha negado categóricamente las afirmaciones del presidente Nicolás Maduro de que ha huido del país y buscado refugio en España. Durante días, Maduro había estado impulsando la narrativa de que Machado había abandonado Venezuela, supuestamente siguiendo el camino del también opositor Edmundo González Urrutia, que buscó asilo en España. El miércoles, sin embargo, Machado disipó estos rumores, afirmando en una entrevista televisada: “Los venezolanos saben que todavía estoy aquí, y Nicolás Maduro también lo sabe. Están desesperados por saber dónde estoy, pero me estoy protegiendo y cuidando. No les voy a dar ese gusto”.
Machado lleva dos meses viviendo en la semiclandestinidad. Ha tomado precauciones en medio de una intensificación de la represión del gobierno de Maduro contra sus adversarios políticos, que ha incluido la detención de sus colaboradores y otras figuras de la oposición. A pesar de estas presiones, Machado se ha mantenido firme en su posición, negándose a abandonar Venezuela, y continúa desafiando la legitimidad de Maduro como presidente.
Victoria de Maduro en medio de acusaciones de fraude electoral
La polémica tiene su origen en las elecciones presidenciales celebradas en Venezuela el 28 de julio, que se han visto empañadas por acusaciones generalizadas de fraude. Tras las elecciones, el gobierno de Maduro se apresuró a acorralar y desmantelar a la oposición, incluso atacando a sus dirigentes. Maduro ha reivindicado repetidamente la victoria en las elecciones, aunque aún no se han hecho públicos los resultados oficiales. Por el contrario, Machado y otros líderes de la oposición, entre ellos González Urrutia, sostienen que las elecciones fueron amañadas a favor de Maduro.
Según Maduro, la supuesta salida de María Corina Machado refleja la de González Urrutia, que huyó de Venezuela tras verse acorralado por la Fiscalía del país, que actuaba bajo las directrices del Gobierno. El sucesor de Chávez afirmó que el opositor se había visto obligado a pedir asilo en España tras una orden de detención. Maduro llegó a burlarse de ambos líderes opositores en una reciente aparición televisada, refiriéndose a González Urrutia como “el viejito” y llamando a Machado “la sayona”, un apodo despectivo arraigado en el folclore venezolano. Durante su comparecencia, afirmó: “Se fue, se fue, se fue. Se fue, se fue, se fue”, tratando de enfatizar su supuesta salida como una victoria para su gobierno.
Sin embargo, a pesar de las afirmaciones de Maduro, Machado se mantiene firme, insistiendo en que sigue en Venezuela y no tiene intención de abandonar la lucha por la democracia en su país natal. “Están desesperados por saber dónde estoy, pero obviamente me estoy protegiendo y cuidando”, dijo, subrayando el peligro al que se enfrenta bajo el régimen de Maduro.
Una crisis política cada vez más profunda
El gobierno de Maduro se enfrenta a crecientes críticas tanto a nivel nacional como internacional por la gestión de las elecciones y el clima político general en Venezuela. Tras las impugnadas elecciones, González Urrutia huyó a España, donde ha acusado al gobierno venezolano de coaccionarle para que firme un documento que acepta la decisión judicial que validó la victoria de Maduro. González Urrutia ha pedido escrutinio y apoyo internacional para garantizar que se respeta la voluntad democrática del pueblo venezolano.
Por su parte, María Corina Machado ha prometido continuar los esfuerzos de la oposición para restaurar la democracia en Venezuela. A pesar de vivir en la semiclandestinidad, sigue manifestando sus planes de presionar para que se reconozca la victoria electoral de la oposición y garantizar la investidura de González Urrutia como presidente el 10 de enero, cuando comience el nuevo mandato presidencial. La capacidad de Machado para movilizar a la oposición se ha visto obstaculizada por los esfuerzos del régimen de Maduro para reprimir la disidencia, incluida la detención de varios líderes y activistas de la oposición. Como resultado, se ha abstenido de convocar grandes protestas callejeras en los últimos meses.
Contradicciones dentro del Gobierno
Curiosamente, mientras Maduro sigue afirmando que Machado ha huido del país, figuras clave de su gobierno han ofrecido versiones contradictorias. El mismo día del desmentido público de Machado, Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela y operador político clave de Maduro, afirmó que Machado no estaba en España, sino escondida en una embajada en Caracas. La declaración de Rodríguez ha alimentado aún más las especulaciones sobre el paradero de Machado, pero también pone de relieve la desorganización dentro del gobierno en su intento de controlar la narrativa.
Respuesta internacional e incertidumbre
La comunidad internacional ha respondido con cautela a la situación en Venezuela, y muchos países se han abstenido de reconocer formalmente la victoria de Maduro. Organizaciones internacionales, como el Centro Carter, han expresado su preocupación por la transparencia del proceso electoral y la falta de resultados públicos. En las semanas posteriores a las elecciones, varios gobiernos y organismos políticos han pedido una investigación independiente sobre el supuesto fraude electoral, aunque el régimen de Maduro ha rechazado estas peticiones calificándolas de injerencia extranjera.
A medida que se agrava la crisis política de Venezuela, la condición de María Corina Machado como figura clave de la oposición sigue siendo fundamental para los esfuerzos por desafiar el gobierno de Maduro. A pesar de los intentos del gobierno por silenciarla, sigue afirmando su presencia y su compromiso de permanecer en el país. “No me iré de Venezuela”, ha subrayado Machado en repetidas ocasiones. Por ahora, está por ver cuánto tiempo podrá seguir eludiendo a las fuerzas gubernamentales mientras lidera la oposición desde dentro del país.
El gobierno de Maduro, mientras tanto, parece centrado en impulsar la narrativa del exilio de Machado, pero su desafío, junto con las declaraciones contradictorias de altos funcionarios, ha puesto en duda esta estrategia. Mientras el panorama político en Venezuela sigue cambiando, todas las miradas están puestas en el 10 de enero, fecha fijada para el inicio del nuevo mandato presidencial, un acontecimiento que podría agravar aún más la crisis en función de quién asuma la presidencia.