La agencia internacional de calificación crediticia Fitch anunció este martes que mantendría la calificación BBB de Uruguay sin cambios y con perspectiva estable, dado el PIB relativamente alto del país sudamericano, sus sólidos índices de gobernanza y sus robustas finanzas externas.
La agencia también señaló que la calificación de Uruguay estaba ”limitada por débiles perspectivas de crecimiento económico a mediano plazo afectadas por desafíos de competitividad, una carga de deuda pública sensible a los movimientos del tipo de cambio, una larga historia de inflación alta (aunque mejorando) y una flexibilidad política limitada por la dolarización, la indexación y finanzas superficiales.
Las elecciones de octubre de este año también desempeñarán un papel en un país donde se discute la desigualdad de ingresos, la corrupción, la criminalidad y la educación. En cualquier caso, Fitch dijo que un cambio radical de política es poco probable, independientemente del resultado. Las autoridades entrantes tendrán que afrontar el desafío de cumplir con la regla fiscal vigente en medio de rigideces presupuestarias y presiones para atender las crecientes quejas sobre desigualdad de ingresos, corrupción, inseguridad y educación”.
Para la calificadora, existe cierto riesgo respecto del plebiscito promovido por la agrupación sindical PIT-CNT, organizaciones sociales y sectores del opositor Frente Amplio (FA) en materia de seguridad social. Sin embargo, Fitch pronostica que fracasará porque tiene poco apoyo político. Si una parte del FA no respalda la iniciativa, es porque hay un consenso político básico en torno a la continuidad de las políticas estatales, subrayó Fitch.
En junio de 2023, Uruguay había pasado de BBB- a BBB, un escalón por encima del mínimo. La calificación BBB es la calificación más alta otorgada por Fitch a Uruguay desde que comenzó a evaluar al país en enero de 1995. Fitch había elevado la calificación de Uruguay a BBB- en marzo de 2013.
El estatus de grado de inversor es un respaldo importante a la hora de buscar financiación en los mercados de capitales y permite el acceso a préstamos con menores costos de endeudamiento para el gobierno y las empresas. Un endeudamiento más barato implica una menor carga de intereses de la deuda y libera recursos para otros fines, como el gasto o la inversión pública social. También es un medio para seguir mejorando la percepción externa del país como un destino atractivo para la inversión extranjera directa y la generación de empleo.